Cinco letras que solo el expresarlas conmueve. Son escritas con mayúsculas porque su significado es la grandeza. Puede que nos llevaran en su vientre nueve meses o no, pero lo importante es el cuidado, el amor, la educación, que mucho vale tenga su origen en la cuna.
Ser madre es la expresión suprema de los sentimientos, es la esencia de ese núcleo que llamamos familia. Son quienes nos apoyan cuando pocos lo hacen, quienes confían en sus hijos, quienes señalan el error, pero son capaces de perdonar. ¿Quién duda que el amor de madre es lo más grande en este mundo?
Con solo 15 años José Martí le dedicó a su madre, Doña Leonor Pérez, estos versos bajo el título «A mi madre»:
«Madre del alma, madre querida,
Son tus natales, quiero cantar;
Porque mi alma, de amor henchida,
Aunque muy joven, nunca se olvida
De la que vida me hubo de dar.
Son tus natales, quiero cantar;
Porque mi alma, de amor henchida,
Aunque muy joven, nunca se olvida
De la que vida me hubo de dar.
A Dios yo pido constantemente
Para mis padres vida inmortal;
Porque es muy grato, sobre la frente
Sentir el roce de un beso ardiente
Que de otra boca nunca es igual»
Para mis padres vida inmortal;
Porque es muy grato, sobre la frente
Sentir el roce de un beso ardiente
Que de otra boca nunca es igual»
Sirvan estas humildes líneas para homenajear a todas las madres del mundo, donde quiera que se encuentren, abrigados con la esperanza de que cesen los tambores de la guerra y primen los tambores de la Paz.
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