Cada 13 de mayo periodistas cubanos y de otras naciones del continente, rinden homenaje al reportero ecuatoriano Carlos Bastidas Argüello, quien fue asesinado por sicarios del dictador Fulgencio Batista en la Cuba de 1958. El crimen devino símbolo, pues el sagaz corresponsal latinoamericano se convirtió en el último periodista asesinado en la Isla.
Cuando llegó a La Habana, a finales de la década del 50 del pasado siglo, Carlos Bastidas sostuvo vínculos con las fuerzas clandestinas del Movimiento 26 de Julio que facilitaron su arribo a la Sierra Maestra donde entrevistó a Fidel Castro.
El joven periodista colaboró con la incipiente Radio Rebelde en sus primeras emisiones de 1958. Mientras permaneció en el territorio oriental, su voz llegaba a los oyentes de la emisora identificándose como Atahualpa Recio, el inca que resistió a los colonialistas españoles.
Pensaba viajar a los Estados Unidos, para denunciar los crímenes de la aviación de Batista contra los poblados rurales de la Sierra Maestra, cuando lo sorprendió la muerte. El 13 de mayo de 1958 en el bar Cachet, en el Paseo del Prado habanero un agente del Buro de Investigaciones de la Policía Nacional lo tiro al piso con un puñetazo certero y le disparo a la cabeza y al pecho.
Salió enseguida del ocal y se marchó en el auto patrullero en el que había llegado. Era el cabo Orlando Marrero Suarez, alias Gallo Ronco, hombre cercano al general Pilar García, Jefe de la Policía Nacional. Había estado implicado un año antes en el asesinato del senador antibatistiano Pelayo Cuervo Navarro. El asesino huyo el primero de enero de 1959 hacia los Estados Unidos donde encontró refugio.
Del brutal asesinato de Bastida no se publicó una línea en la prensa de la época, sometida a la más férrea censura.
Bastidas fue el último periodista asesinado en Cuba, pero su muerte nunca ha sido condenada por Reporteros Sin Fronteras, ni la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), como tampoco ha ocurrido con la desaparición, torturas y asesinatos de casi un millar de periodistas latinoamericanos durante las últimas cuatro décadas.
Durante más de medio siglo, han sido infames mentiras y calumnias lo que propagan los enemigos de la Revolución sobre personas asesinadas, desaparecidas o torturadas en la Isla.
Abominables actos como el perpetrado en La Habana el 13 de mayo de 1958 ocurren diariamente en muchísimas naciones del mundo, incluyendo Estados Unidos.
Durante más de medio siglo, han sido infames mentiras y calumnias lo que propagan los enemigos de la Revolución sobre personas asesinadas, desaparecidas o torturadas en la Isla.
Abominables actos como el perpetrado en La Habana el 13 de mayo de 1958 ocurren diariamente en muchísimas naciones del mundo, incluyendo Estados Unidos.
Por su parte la Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas de la FELAP, la Federación Latinoamericana de Periodistas, informó que han sido cerca de quinientos los reporteros asesinados en los últimos años en países de Nuestra América.
La Comisión de Prensa de la Asociación Cubana de las Naciones Unidas le recuerda cada año y en esta ocasión el homenaje a Carlos Bastidas estará a cargo del Presidente de Honor de la Unión de Periodistas de Cuba, Tubal Páez Hernández, quien junto al fallecido colega Juan Marrero, autor del libro titulado ANDANZAS DE ATAHUALPA RECIO, ha estudiado la obra y la vida del comunicador asesinado hace 61 años en La Habana.
Por decisión de los padres de Carlos Bastidas Argüello, y de su hermano Edmundo, los restos del valiente reportero ecuatoriano reposan en el Cementerio Cristóbal Colón, en el Mausoleo de los Combatientes y Mártires de la Revolución Cubana.
Prohibido olvidar al ecuatoriano Carlos Bastidas Argüello, el último periodista asesinado en Cuba.
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