Llegó, puntual, con la sonrisa de un viejo amigo, como si nos conociera de toda la vida. Nos saludó de lejos, como dictan las medidas de aislamiento, pero tan afable que nos hizo sentir cercanos. En ese ambiente familiar fuimos testigos de la entrevista a Luis Antonio Torres Iríbar, presidente del Consejo de Defensa Provincial y primer secretario del Partido en La Habana, concedida a la emisora Radio Rebelde, a propósito del Día de la Rebeldía Nacional.
-La Habana es una de las provincias del país que más ha celebrado, como sede, las actividades centrales por la efeméride del 26 de julio. ¿Hasta qué punto eso marca el compromiso con la historia y con la materialización del Programa del Moncada?
-Hablar del Moncada en La Habana es hablar de simiente, de idea y de concepción de una gran batalla que se gestaría después del Moncada. Los anhelos democráticos a que se aspiraba fueron truncados con el golpe de estado protagonizado por Batista y no se dio otra opción más ir a la lucha armada. Es de significar que La Habana ha sido expresión de los triunfos que enarbolan nuestras principales conquistas. Es en ella donde se han refrendado los valores genuinos de todo el pueblo habanero que armonizan, además, con el aporte de toda Cuba. Recordemos también que el Moncada fue parte de esa continuidad que, desde 1868 hasta nuestros días, hemos enarbolado como una sola Revolución. En La Habana se concretan los principales logros, que además se expanden hacia el mundo como expresión de nación.
“Desde La Habana salieron hacia el Moncada las ideas y los hombres que estaban dispuestos en el año del Centenario del Apóstol a ser libres o ser mártires, por lo tanto, marcó el inicio de una lucha que supo con los años materializar con el propio Programa del Moncada. En ese programa y en esa Habana, se encierran las más virtuosas ideas de la que es capaz de materializar un Estado con su pueblo y que ha estado en consecuencia con el Programa del Moncada, en lo político, en lo económico y en lo social.
“Hay una cosa interesante, buscamos cuántos actos por el Día de la Rebeldía Nacional se habían hecho en La Habana y vimos que el primero fue en 1961, luego en 1963 y 1966. De ahí fue en el 1970 y se compartió en toda Cuba porque fueron grandes jornadas en todo el país porque recuerde que fue el año aquel de la gran zafra.
“En 1971 se vuelve a realizar el acto aquí en La Habana, de ahí en el 1972 y hay un tiempo hasta 1990 que se vuelve a hacer. Y yo sacaba la cuenta porque me preguntaba por qué tanto tiempo y es que precisamente del 72 al 90 es que se está haciendo la gran Revolución, en la construcción, en la salud, en todas las provincias del país. Recuerdo que, en esa época, se hacían actos cada año en diferentes provincias del país donde se mostraban los logros, las grandes batallas que desarrollaba la Revolución en aquel ejercicio de lograr que el resto de las provincias tuviera un desarrollo. En el año 2000 fue sede compartida con Pinar del Río y Villa Clara. En 2001 se vuelve a hacer el acto, compartido con la otrora La Habana, hasta el 2005 en que se hizo el último 26 de Julio en La Habana.
“En total en diez años en que la provincia fue sede del acto provincial por el 26 de julio e indiscutiblemente cada vez que se gestó un acto, se convirtió en motivo e inspiración de muchas tareas políticas, ideológicas, constructivas, de avance en todas las esferas sociales. Y quizás el programa de la vivienda fue de la tarea que avanzó menos en la Revolución, pero cuando uno ve las cifras, en La Habana se llegaron a hacer 20 000 viviendas anuales. “La Habana del Este, esa zona de Alamar, del Guiteras, uno dice qué clase de capacidad tuvo la Revolución de convertir este lugar que devino gran municipio con esa cantidad de edificios que fueron para los obreros, los científicos, los profesionales… y La Habana creció hacia el este de una manera importante. Cada acto del 26 de julio se convertía en compromiso de hacer por La Habana y no fue eso solo sino en las industrias, la agricultura, la ganadería, la forestal…
“Quiero significar también a nuestra Marta Rojas, catalogada como la periodista del Moncada, excepcional testigo de la vista oral del juicio a Fidel Castro por los hechos del Moncada; ella decía que la capital del país es ´la otra cuna´. Decía que ´Santiago de Cuba se ha ganado del mérito de ser considerada la cuna de la Revolución, donde ocurrieron los hechos del Moncada, motor pequeño que hizo accionar al motor más grande de la Revolución, pero fue en la capital donde se planearon y organizaron estas acciones y se entrenaron a los combatientes y desde donde partieron en su inmensa mayoría a cumplir el compromiso con la patria.
“Con escasas excepciones como Renato Guitart, quien residía en Santiago de Cuba, el médico de la acción el doctor Mario Muñoz, que vivía en la localidad yumurina de Colón o el valioso grupo de artemiseños dirigido por Pepe Suárez, puede afirmarse que los combatientes de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, residían esencialmente en la capital.
“Los grupos organizados en las humildes barriadas de Coco Solo y los Pocitos de Marianao, Puentes Grandes, en las barriadas de Lawton, Santos Suárez y la Víbora, los de la Plaza del Vapor, San Lázaro, San Leopoldo y el Parque de los Leones. La Habana es la que más héroes, mártires y participantes aportó a la gloriosa gesta, teniendo en cuenta que asumimos como capitalinos a todos los residentes en la provincia, quienes eran conspiradores organizados en grupos de la capital, donde vivían y se entrenaron militarmente.
“La Cuna del Moncada, es pues, sin lugar a dudas la capital de la República, y yo creo que más allá de cualquier orgullo banal, lo que dice es cuánto de valor se atesora en nuestra Habana si vamos a hablar de la gesta del Moncada, porque todos sabemos que no hubo momento de lucha en la Revolución cubana en que los habaneros o residentes en La Habana no tuviesen una participación activa y en muchos momentos decisiva para los propósitos y las aspiraciones de libertad e independencia”.
-Uno de los desafíos y también de los grandes logros de La Habana es la construcción de viviendas como uno de los programas del Moncada, así como también los servicios sociales en los que hoy se trabaja en la población, ¿cómo se materializa eso?
-La construcción de viviendas es una de las tareas que más ocupa al Partido y al Gobierno. Todos sabemos que una parte del fondo habitacional de la capital está en mal estado y eso hace que constantemente los dirigentes de la capital y las instituciones estemos prestando atención a este tema. En años pasados llegamos a hacer unas 1 500 viviendas anuales, pero ya este año el propósito es hacer más de 7 000 viviendas en la capital y en estos momentos estamos al 70% del plan del año, sin dejar de reconocer que tenemos todavía limitaciones y cosas que perfeccionar en ese plan, pero la política está clara y la manera en que estamos actuando es la correcta.
“Vamos encaminando el plan hacia el futuro para en los próximos años poder llegar a cumplir la aspiración de las 20 000 viviendas anuales. No se puede renunciar a esa aspiración si ese es el principal problema que tiene la capital. Este año nosotros concentramos los principales esfuerzos en los subsidios, en las viviendas por esfuerzo propio; hay un grupo de viviendas que está haciendo el Estado a través de las empresas constructoras, pero también hay otro plan que es la transformación de las comunidades de tránsito.
“El tornado nos legó una manera de hacer, de enfrentar en el menor tiempo posible y transformar algo que para la capital fue muy traumático, pero la experiencia fue que en un año prácticamente pudimos revertir esa situación y devolverla a las familias afectadas su vivienda cumpliendo el principio de que esa vivienda tenía que ser más confortable, más bella. Eso nos llevó a pensar qué podíamos hacer para el plan de este año, más allá del subsidio, del esfuerzo propio. Por las limitaciones que habíamos tenido en años anteriores nos limitaron a poder enfrentar ese compromiso que se había establecido y decidimos entonces replantearnos una idea al estilo del tornado y empezar a transformar esas comunidades de tránsito y en alrededor de cuatro a cinco años poder entregarlas como viviendas confortables y de calidad.
“Para este año nos propusimos transformar 27 comunidades de tránsito de las 104, pero en ellas están las 11 más complicadas y de mayor volumen de personas. Hace una semana se entregaron más de 36 viviendas. Eso ha sido de mucho estímulo para las personas que llevaban tantos años en estos lugares. En el orden de la construcción de viviendas nosotros tenemos diseñada la política para en diez años expresar un ambiente muy favorable en la tarea más difícil que tiene la capital”.
-La Revolución Cubana es un proceso de continuidad que implica perfeccionar y reorientar. A su juicio, ¿cuáles son los principales objetivos que deben marcar la acción de los capitalinos en el actual contexto?
-Hay objetivos que marcan qué es lo que aspiramos los capitalinos en lo adelante y una de las cosas que nos hemos planteado es continuar trabajando y fomentando la unidad del pueblo, en torno a la dirección del Partido, Gobierno y su Revolución, en la medida que fomentemos la formación de valores, principios, convicciones, el conocimiento de la historia, la cultura y la identidad de nuestro pueblo, estaremos afianzando ese principal tesoro que es la unidad, el cual nos ha traído hasta acá.
(…)
“Además, está la gran batalla por regresar a la normalidad en la provincia, a partir de la situación que tenemos con la COVID-19 de manera gradual y asimétrica, siendo estrictos en el cumplimiento de las medidas higiénicas sanitarias, para evitar un rebrote de la enfermedad, siendo consecuentes con tres palabras que Fidel nos legó a partir de la epidemia del dengue: honestidad, minuciosidad y exactitud. Nosotros trabajamos para que nuestra gente no abandone en lo absoluto las medidas que para cada fase y otras que continuarán para la vida.
“Trabajar por desarrollar un nivel superior de autonomía de los municipios, de sus capacidades de producción y servicios, con el desarrollo e incremento de los proyectos de desarrollo local, que permitan niveles superiores de ingreso a su presupuesto y la satisfacción de las necesidades de sus pobladores.
“Es una etapa donde tenemos que restablecer la capacidad productiva del sistema empresarial, enfatizando en la producción y la distribución de alimentos, las exportaciones, la sustitución de importaciones, producción de materiales de la construcción y la construcción de viviendas.
“Además, seguir perfeccionado y fortaleciendo la estrategia de higienización, limpieza y embellecimiento de la ciudad. Preparar el reinicio y conclusión del curso escolar 2019 -2020, al cual vamos a dar, en los primeros dos meses, feliz culminación y a partir del mes de noviembre comenzaremos el curso 2020 -2021. Eso lleva un proceso importante de mejoramiento, de construcción, de mantenimiento de muchas de nuestras escuelas e instituciones.
“Junto a eso está también garantizar el plan “Verano por la vida”, cumpliendo las medidas indicadas por las autoridades sanitarias. Hasta ahora hemos logrado que nuestro pueblo asuma con nuestra responsabilidad las medidas planteadas y estamos actuando contra los indisciplinados, estamos corrigiendo, llamando al orden y la disciplina.
“Aunque siempre ha sido parte de nuestro trabajo, hay que incrementar el enfrentamiento y prevención al delito, ilegalidades e indisciplinas sociales, con el concurso de las fuerzas del orden interior, las organizaciones de masas, el Partido, el Gobierno y el pueblo en general”.
(Tribuna de la Habana)
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