Las
imágenes y noticias que llegan desde Vietnam, confirman que esa nación
es hoy muy diferente y que el sueño de Ho Chi Minh de construir un país
diez veces más hermoso ya se hizo realidad
Hace 43 años, cuando se produjo la retirada completa de las tropas de
Estados Unidos, Vietnam era un país donde más de 25 millones de
personas vivían en la miseria.
Las imágenes y noticias que llegan desde Vietnam, confirman que esa nación es hoy muy diferente y que el sueño de Ho Chi Minh de construir un país diez veces más hermoso ya se hizo realidad.
Gracias a la aplicación de la política de Renovación (Doi Moi), el por ciento de la población que vivía bajo el umbral de pobreza pasó de un 58 % a un 14,5 % y Vietnam logró un ritmo de crecimiento que lo coloca en el club de los países emergentes.
La tierra que soñó el Tío Ho resalta hoy, en el aniversario 126 de su natalicio, como ejemplo para todos los revolucionarios del mundo y se distingue por su vertiginoso ascenso y capacidad de transformación en un corto periodo de tiempo.
Treinta años después la mayoría de las metas de entonces se han cumplido y el modelo de los vietnamitas, de referencia mundial, busca ahora nuevos impulsos.
Durante la celebración del XII Congreso del Partido Comunista de Vietnam (PCV), se esbozaron los nuevos objetivos que el desarrollo socioeconómico de la nación impone y se reafirmó la industrialización del país como una las grandes tareas para los próximos años.
Según han declarado, los vietnamitas se sienten orgullosos de haber cumplido el deseo de su máximo guía, y ahora se proponen construir un país 50 o 100 veces más hermoso y próspero.
Cuando Ho Chi Minh nació, el 19 de mayo de 1890 en la provincia de Nghe An, Vietnam llevaba 30 años bajo la ocupación francesa. El yugo colonialista al que estaba sometido el pueblo se contraponía con los deseos de independencia y libertad de un joven que muy pronto tomó conciencia del cambio que deseaba para el futuro de su tierra.
Para esa nación, de 93 millones de habitantes, convertirse en un país industrializado constituye una de las prioridades de esta nueva etapa del desarrollo.
La política económica diseñada por sus autoridades y aprobada en el XII congreso partidista, proyecta las rutas por las que navegarán en los siguientes años.
Debido a la obra de renovación, que logró estabilizar el ritmo de crecimiento de su economía alrededor del 7 %, Vietnam pasó de ser una nación pobre a una de ingreso medio.
Para lograr el propósito de la industrialización, marcado para el 2035, la nación del sudeste asiático deberá registrar, como mínimo, un ritmo de crecimiento similar o superior al alcanzado en años recientes.
Renovar la estructura económica, lo que implica el uso de los recursos de manera más eficiente; elevar la productividad y fortalecer la estabilidad macroeconómica, así como desarrollar los recursos humanos para mejorar la competitividad en un mundo permeado por la tecnología son, a primera vista, algunos de los retos esenciales planteados por los vietnamitas para consolidar su progreso.
Más allá del avance financiero, a lo largo de la historia, el empeño por resolver los problemas sociales ha sido parte del proceso de renovación de Vietnam. En la actualidad los Objetivos de Desarrollo del Milenio, trazados por las Naciones Unidas, aparecen como puntos clave en su camino hacia la prosperidad.
La erradicación de la pobreza, enseñanza primaria universal, reducción de la mortalidad infantil y la conservación del medio ambiente, entre otros, constituyen temas esenciales para el gobierno, conocedor de que solo así podrá emular a los países industrializados.
El Tío Ho, a lo largo de su vida, venció a los franceses y combatió a los estadounidenses. La muerte se lo llevó antes de tiempo y no pudo ver el triunfo sobre los yanquis y la reunificación de su patria.
Consciente de que sus hijos sabrían construir el país anhelado, en su testamento solo lamentó no poder seguir acompañándolos. “Durante toda mi vida, he servido con todas mis fuerzas y con todo mi corazón a la Patria, a la Revolución y al Pueblo. Ahora, si debo partir de este mundo, no hay nada que sienta más que no poder servirlos más tiempo”.
De aquí al 2035, cuando se cumplan 50 años de la Renovación que cambió al país por completo, el mundo comprobará si se cumplió o no el nuevo empeño de la nación de Ho Chi Minh. La mayoría de los expertos convidan a confiar en el éxito de un Vietnam industrializado, no solo por la buena salud de sus indicadores económicos, sino también porque la humanidad cuenta con sobrados ejemplos de lo que ese pueblo es capaz de hacer.
Las imágenes y noticias que llegan desde Vietnam, confirman que esa nación es hoy muy diferente y que el sueño de Ho Chi Minh de construir un país diez veces más hermoso ya se hizo realidad.
Gracias a la aplicación de la política de Renovación (Doi Moi), el por ciento de la población que vivía bajo el umbral de pobreza pasó de un 58 % a un 14,5 % y Vietnam logró un ritmo de crecimiento que lo coloca en el club de los países emergentes.
La tierra que soñó el Tío Ho resalta hoy, en el aniversario 126 de su natalicio, como ejemplo para todos los revolucionarios del mundo y se distingue por su vertiginoso ascenso y capacidad de transformación en un corto periodo de tiempo.
Treinta años después la mayoría de las metas de entonces se han cumplido y el modelo de los vietnamitas, de referencia mundial, busca ahora nuevos impulsos.
Durante la celebración del XII Congreso del Partido Comunista de Vietnam (PCV), se esbozaron los nuevos objetivos que el desarrollo socioeconómico de la nación impone y se reafirmó la industrialización del país como una las grandes tareas para los próximos años.
Según han declarado, los vietnamitas se sienten orgullosos de haber cumplido el deseo de su máximo guía, y ahora se proponen construir un país 50 o 100 veces más hermoso y próspero.
Cuando Ho Chi Minh nació, el 19 de mayo de 1890 en la provincia de Nghe An, Vietnam llevaba 30 años bajo la ocupación francesa. El yugo colonialista al que estaba sometido el pueblo se contraponía con los deseos de independencia y libertad de un joven que muy pronto tomó conciencia del cambio que deseaba para el futuro de su tierra.
Para esa nación, de 93 millones de habitantes, convertirse en un país industrializado constituye una de las prioridades de esta nueva etapa del desarrollo.
La política económica diseñada por sus autoridades y aprobada en el XII congreso partidista, proyecta las rutas por las que navegarán en los siguientes años.
Debido a la obra de renovación, que logró estabilizar el ritmo de crecimiento de su economía alrededor del 7 %, Vietnam pasó de ser una nación pobre a una de ingreso medio.
Para lograr el propósito de la industrialización, marcado para el 2035, la nación del sudeste asiático deberá registrar, como mínimo, un ritmo de crecimiento similar o superior al alcanzado en años recientes.
Renovar la estructura económica, lo que implica el uso de los recursos de manera más eficiente; elevar la productividad y fortalecer la estabilidad macroeconómica, así como desarrollar los recursos humanos para mejorar la competitividad en un mundo permeado por la tecnología son, a primera vista, algunos de los retos esenciales planteados por los vietnamitas para consolidar su progreso.
Más allá del avance financiero, a lo largo de la historia, el empeño por resolver los problemas sociales ha sido parte del proceso de renovación de Vietnam. En la actualidad los Objetivos de Desarrollo del Milenio, trazados por las Naciones Unidas, aparecen como puntos clave en su camino hacia la prosperidad.
La erradicación de la pobreza, enseñanza primaria universal, reducción de la mortalidad infantil y la conservación del medio ambiente, entre otros, constituyen temas esenciales para el gobierno, conocedor de que solo así podrá emular a los países industrializados.
El Tío Ho, a lo largo de su vida, venció a los franceses y combatió a los estadounidenses. La muerte se lo llevó antes de tiempo y no pudo ver el triunfo sobre los yanquis y la reunificación de su patria.
Consciente de que sus hijos sabrían construir el país anhelado, en su testamento solo lamentó no poder seguir acompañándolos. “Durante toda mi vida, he servido con todas mis fuerzas y con todo mi corazón a la Patria, a la Revolución y al Pueblo. Ahora, si debo partir de este mundo, no hay nada que sienta más que no poder servirlos más tiempo”.
De aquí al 2035, cuando se cumplan 50 años de la Renovación que cambió al país por completo, el mundo comprobará si se cumplió o no el nuevo empeño de la nación de Ho Chi Minh. La mayoría de los expertos convidan a confiar en el éxito de un Vietnam industrializado, no solo por la buena salud de sus indicadores económicos, sino también porque la humanidad cuenta con sobrados ejemplos de lo que ese pueblo es capaz de hacer.
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