Sobre la vinculación de los organismos de dirección
con la base, así como la preparación para el enfrentamiento a la
subversión política-ideológica se intercambió en la reunión nacional de
la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC).
En el encuentro, que tuvo lugar en el Instituto Técnico Militar José Martí, Orden Antonio Maceo y Carlos J. Finlay, se retomó el tema de la especial atención que se les debe prestar a los miembros de la organización, sobre todo a aquellos con mayores problemas de salud y necesidades económicas.
En este sentido, el presidente de la ACRC, general de división José Antonio Carrillo Gómez, resaltó que defender los derechos de los combatientes era un objetivo esencial de la Asociación y que la sensibilidad humana constituía el primer principio rector del trabajo del gremio veterano. “No debemos permitir que en un municipio, el Gobierno responda de manera burocrática a los planteamientos de los combatientes, porque es esta estructura administrativa la responsable de acompañar y apoyar en sus demandas y carencias a los afiliados”, advirtió.
Insistió en que la Asociación no trabajaba sola, sino de conjunto con los gobiernos locales, el Partido y las organizaciones políticas y de masas.
Igualmente reconoció que —si bien en el periodo transcurrido desde la IV Conferencia hasta la fecha se habían estrechado las relaciones con instituciones como el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y con sus instancias provinciales y municipales— aún faltaba mayor conocimiento de las leyes y facultades en esta área por parte de las autoridades del territorio.
Agregó además que el trabajo político-ideológico comenzaba por la atención a esos combatientes y sus familias, por la voluntad política de ayudarlos, apoyarlos, escucharlos y acompañarlos en sus vicisitudes diarias.
Acerca del intercambio constante de los miembros de la ACRC en los centros de enseñanza, del relato de la historia, las experiencias vividas como tarea priorizada para reafirmar valores y principios revolucionarios también se debatió.
Asimismo expusieron las experiencias de la provincia de Mayabeque y el municipio de Plaza de la Revolución en torno a cómo se ha organizado el trabajo personalizado con los asociados.
El general de división Ramón Pardo Guerra, miembro de la dirección nacional, subrayó la necesidad de sumar fuerza joven para poder realizar una labor más extensiva en las comunidades con los combatientes.
En la reunión participaron también la general de brigada Delsa Esther Puebla Viltres, vicepresidenta primera de la ACRC, miembros de la dirección nacional y presidentes provinciales de la organización.
En el encuentro, que tuvo lugar en el Instituto Técnico Militar José Martí, Orden Antonio Maceo y Carlos J. Finlay, se retomó el tema de la especial atención que se les debe prestar a los miembros de la organización, sobre todo a aquellos con mayores problemas de salud y necesidades económicas.
En este sentido, el presidente de la ACRC, general de división José Antonio Carrillo Gómez, resaltó que defender los derechos de los combatientes era un objetivo esencial de la Asociación y que la sensibilidad humana constituía el primer principio rector del trabajo del gremio veterano. “No debemos permitir que en un municipio, el Gobierno responda de manera burocrática a los planteamientos de los combatientes, porque es esta estructura administrativa la responsable de acompañar y apoyar en sus demandas y carencias a los afiliados”, advirtió.
Insistió en que la Asociación no trabajaba sola, sino de conjunto con los gobiernos locales, el Partido y las organizaciones políticas y de masas.
Igualmente reconoció que —si bien en el periodo transcurrido desde la IV Conferencia hasta la fecha se habían estrechado las relaciones con instituciones como el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y con sus instancias provinciales y municipales— aún faltaba mayor conocimiento de las leyes y facultades en esta área por parte de las autoridades del territorio.
Agregó además que el trabajo político-ideológico comenzaba por la atención a esos combatientes y sus familias, por la voluntad política de ayudarlos, apoyarlos, escucharlos y acompañarlos en sus vicisitudes diarias.
Acerca del intercambio constante de los miembros de la ACRC en los centros de enseñanza, del relato de la historia, las experiencias vividas como tarea priorizada para reafirmar valores y principios revolucionarios también se debatió.
Asimismo expusieron las experiencias de la provincia de Mayabeque y el municipio de Plaza de la Revolución en torno a cómo se ha organizado el trabajo personalizado con los asociados.
El general de división Ramón Pardo Guerra, miembro de la dirección nacional, subrayó la necesidad de sumar fuerza joven para poder realizar una labor más extensiva en las comunidades con los combatientes.
En la reunión participaron también la general de brigada Delsa Esther Puebla Viltres, vicepresidenta primera de la ACRC, miembros de la dirección nacional y presidentes provinciales de la organización.
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