2016-10-01 20:11:05 / web@radiorebelde.icrt.cu / Miozotis Fabelo Pinares
Camagüey, Cuba.- Según referencias testimoniales y de la prensa de la época, los camagüeyanos recuerdan el paso, hace 53 años, del ciclón Flora, en octubre de 1963.
El día 1ro. de octubre los periódicos publicaron la nota emitida por el entonces Observatorio Nacional, sobre “la presencia en el extremo Sur de las Antillas Menores del sexto ciclón tropical de esa temporada denominado Flora”.
Entre el 4 y el 8 de octubre de 1963, con caprichosa trayectoria, el ciclón Flora azotó la antigua provincia de Oriente y Camagüey; y los efectos fueron mayores debido a la carencia de medios protectores para la población y la economía.
Según los reportes de la época, “en 93 horas se registraron mil 840 milímetros de agua, que provocaron enormes inundaciones, la muerte de mil 126 personas, la destrucción de más de 11 mil viviendas, averías a otras 21 mil 486, la pérdida de cuatro mil caballerías de arroz y serias afectaciones a extensas áreas cañeras y cafetaleras, los servicios de electricidad, telefonía, las carreteras y los caminos”.
El paso del ciclón Flora fue catalogado como la segunda mayor catástrofe natural ocurrida en Cuba, luego del ciclón del 9 de noviembre de 1932 en Santa Cruz, al sur de Camagüey, donde perdieron la vida 3 mil personas.
El entonces Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, Comandante Fidel Castro, “dirigió personalmente las operaciones de auxilio de la población afectada”; y en medio del balance de las cuantiosas pérdidas humanas y materiales, Fidel anuncia el inicio del programa hidráulico, con la construcción de embalses, para evitar que se repitiera en Cuba el desastre. Fidel convertía el revés en victoria.
Hoy el país dispone de 1 019 embalses, con una disponibilidad total de 9 644.8 millones de m3 agua; y las provincias con mayor capacidad de embalse son Sancti Spíritus, Camagüey y Granma. Y Camagüey es el territorio con mayor número de presas y derivadoras, con 52.
Amenaza Matthew
Hoy igualmente las provincias orientales y Camagüey están amenazadas por el potente huracán Mathew, como hace 53 años el Flora transitó por esos territorios del país.
Pero ya la situación y las condiciones para enfrentar esos fenómenos meteorológicos es distinta; el país a través de la Defensa Civil, dispone de “un sistema de medidas estatales que se cumplen desde tiempo de paz y durante las situaciones excepcionales para proteger a la población y la economía”.
La aplicación de las medidas de la Defensa Civil ha demostrado su efectividad frente a los frecuentes huracanes tropicales que azotan la isla.
Además, en el país, los Estudios de Peligro, Vulnerabilidades y Riesgos, (PVR), permiten conocer las características de cada zona, facilitan la toma de decisiones para enfrentar cualquier situación y la capacitación comunitaria.
En la provincia de Camagüey, la más llana y extensa de la Isla, y con el 25 por ciento de las playas del archipiélago cubano; se trabaja en la implementación de los Estudios de peligros, vulnerabilidades y riesgos, (PVR), con programas para mitigar los efectos de inundaciones por intensas lluvias, fuertes vientos y penetraciones del mar, en los 13 municipios del territorio.
Octubre mes de Ciclones peligrosos para Cuba.
La cronología que se conserva en el país sobre el paso de huracanes en esta etapa, según el sitio Bohemia digital, no obstante la falta de registros antiguos, ubica a octubre como el mes de los más grandes huracanes.
La lista, la encabeza la Tormenta de San Rafael, el 24 de octubre de 1692, la primera de la que se tiene referencia, que azotó La Habana en el mes de octubre; después, en el año 1768, la Tormenta de Santa Teresa, derribó 70 parte de la muralla Sur; y varó varios buques en la Plaza de Atarés, con daños en siembras y casas. También en 1792, la Tormenta de San Francisco, llevó un bergantín hasta la falda de Atarés, a 100 metros de la costa.
Después, dicen las crónicas de la época, el 26 de octubre de 1810, la Tormenta de la Escarcha Salitrosa, fue terrible. Llovió durante 12 días; se perdieron 70 buques; y el mar pasó 8 varas sobre las astas de las banderas de las fortalezas de La Habana.
La
más fuerte de las tormentas que se reportan en La Habana fue la de San
Francisco de Borja, que “castigó severamente la localidad los días 10 y
11 de octubre de 1846”.Según el profesor Luis Enrique Ramos Guadalupe, historiador de la meteorología en Cuba, citado en el periódico Granma, “la lista de los casos célebres de octubre comprende igualmente al huracán de San Marcos, que ocasionó una notable inundación en casi toda la ciudad de Matanzas y la muerte de centenares de personas los días del 7 al 8 de octubre de 1870; el huracán de los cinco días en Pinar del Río en 1910; el huracán sin precedentes de 1924 que atravesó el extremo oeste de Pinar del Río; y los famosos ciclones del 20 de octubre de 1926, y del 18 de octubre de 1944, en los cuales los mayores efectos se sintieron en la entonces Isla de Pinos, y La Habana”.
Ya en fecha más cercana, hace 20 años, el 17 de octubre de 1996, el huracán Lily, con categoría 2, cruzó por el Este de la Isla de la Juventud, entre Punta del Este y Cayo Largo del Sur, y causó importantes daños en la economía de Cuba.
Camagüey y los últimos huracanes.
Camagüey recuerda los últimos impactos de esos fenómenos meteorológicos, tras el paso de los huracanes Ike, el 8 septiembre del 2008; y un mes después, el 8 de noviembre, del Paloma, que voló peligrosamente, en fecha coincidente con el ciclón de 1932, por el municipio de Santa Cruz del Sur, con vientos de 195 km/h y rachas superiores, según la información ofrecida en aquel momento por el meteorólogo, Dr. José Rubiera, quien al precisar datos sobre la trayectoria del organismo tropical, estimó la salida del territorio cubano, por un punto entre los municipios de Nuevitas, y la localidad de Manatí, en la provincia de Las Tunas.
Voluntad Hidráulica en Cuba.
Cuba impulsó un rápido y sólido movimiento que creó capacidades humanas, infraestructura y mecanismos que hoy ponen al país en una posición privilegiada para enfrentar las inundaciones provocadas por intensas precipitaciones como consecuencia del paso de tormentas y ciclones; y también dar respuesta a la falta de agua, por extremas sequías.
En 1959, la capacidad de almacenaje de agua en el país era de 48 millones de metros cúbicos, en 13 embalses; y con la Revolución, el Programa Constructivo de Obras Hidráulicas, permitió elevar esa cifra a más de 9 000 millones de metros cúbicos en 240 embalses y más de 800 micropresas.
La infraestructura en instalaciones y obras hidráulicas con que cuenta el país para el suministro de agua para todos los usos, permite disponer de un volumen potencial anual de más de 13 600 millones de metros cúbicos, y el 67 por ciento de este volumen corresponde a las aguas superficiales y el 33, a las aguas subterráneas.
(Fuentes: ECURED, Granma, Adelante, Portal Cuba, Cubagob.cu)
(Fotos de la autora y archivo)
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