Al líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, le fue conferido un sello especial por el aniversario 30 de la Asociación Hermanos Saíz, en un acto celebrado este martes en el Memorial José Martí.
En la ceremonia, presidida por Miguel Díaz-Canel, primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, el presidente de la AHS, Rubiel García, señaló que la organización juvenil confirió la distinción a Fidel «por ser nuestro líder indiscutible, por mantenerse en la primera línea del combate de las ideas y continuar junto a nosotros en el empeño de un mundo mejor».
El sello por el aniversario 30 de la Asociación, que aglutina a jóvenes artistas e intelectuales cubanos, fue entregado igualmente a siete personalidades de la vanguardia de la cultura, la política y la sociedad cubanas: la Prima ballerina assoluta y directora del Ballet Nacional de Cuba, Alicia Alonso; el poeta Roberto Fernández Retamar, presidente de Casa de las Américas; la ensayista Graziella Pogolotti, directora de la Fundación Alejo Carpentier (quien no pudo estar presente en el acto), el doctor Armando Hart Dávalos, director de la Oficina del Programa Martiano y presidente de la Sociedad Cultural José Martí; Eusebio Leal, Historiador de La Habana; Eduardo Torres Cuevas, historiador y director de la Biblioteca Nacional José Martí y Roberto Fabelo, uno de los pintores más reconocidos en el ámbito contemporáneo de las artes plásticas en la Isla.
Los homenajeados han mantenido durante su fecunda trayectoria intelectual profundos vínculos con la AHS, que con anterioridad les había entregado el premio Maestro de Juventudes, la máxima distinción otorgada por la Asociación.
Al agradecer el reconocimiento en nombre de sus compañeros, Torres Cuevas, señaló a Fidel como «un gran maestro de todos nosotros» y agregó que «no es posible analizar esta época sin estudiar sus discursos, pero cada discurso es un discurso pedagógico, una enseñanza, un modo de decir y de abrir caminos que a veces nosotros no recordábamos.
«Cuando se habla de maestros nosotros todos tuvimos un gran maestro, un maestro que nos enseñó no solo lo que teníamos que enseñar y aprender, sino la acción cotidiana y diaria para que esa obra de la Revolución se materializara y para que en la práctica nacieran las ideas que se iban a profundizar en la propia revolución. Hablo de Fidel, el maestro de todos los maestros», indicó.
«Fue vivir una revolución extraordinaria que nos dio una experiencia extraordinaria», sentenció.
«Lo que no podemos hacer —apuntó— es que esa experiencia se quede con nosotros, esa experiencia le pertenece a la juventud cubana. Nuestro magisterio no es otra cosa que transmitir lo que aprendimos, lo que hicimos, dónde acertamos, dónde no acertamos, para que los jóvenes hoy puedan continuar el camino que emprendimos hace ya más de medio siglo».
Al acto, que contó con la interpretación de Zule Guerra y su grupo Havana Blues, asistieron, además, Abel Prieto, ministro de Cultura, y Susely Morfa, primera secretaria de la UJC.
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