Por Arthur González
El pasado 5 de mayo del 2016 un cubano de
solo 30 años de edad murió a causa de la represión de la policía
española, después de que se negara a ser desalojado de su vivienda, pero
de eso la prensa derechista no dice ni una letra.

La información fue conocida a través de
la agencia italiana ANSA, pero las publicaciones contrarrevolucionarias
como Diario de Cuba, Martí Noticias y el libelo “14ymedio”, creado por
la CIA para Yoani Sánchez Cordero, ese hecho pasó sin una sola nota de
protesta.
Se plantea que el joven cubano fue
desahuciado a la fuerza por los policías españoles en Asturias y por
supuesto se resistió al abuso de que son objetos aquellas personas que
no tienen suficientes ingresos para asumir los altos costos de la vida
en España, desde que comenzó la crisis económica que los empobrece ese
sistema capitalista deshumanizado.
España que no está sometida a una económica socialista, posee dos
millones 540 mil 763 niños y niñas residiendo en hogares con ingresos
por debajo del umbral de pobreza, además de 1 millón 307 mil 868 que
viven (o mal viven) en núcleos de pobreza severa.
Ese capitalismo salvaje que EE.UU.
sueña con reinstaurar en Cuba mediante la “transición”, tiene hoy a
cerca de 2 millones 800 mil niños españoles, es decir uno de cada tres,
en riesgo de pobreza, según los últimos datos publicados por Eurostat.
La golpiza que debió recibir el cubano a
manos de la policía asturiana debió ser brutal, como acostumbran a
hacerle a los que protestas por la forma de vida al que somete el
sistema político y económico capitalista, donde el ser humano y sus
derechos no cuentan.
En Cuba jamás los “disidentes” pagados
por Washington para ejecutar acciones provocativas en la vía pública,
como las mal llamadas Damas de Blanco, han recibido una golpiza brutal
como las que brinda la policía de los países europeos contra los
trabajadores, estudiantes y profesionales que salen a las calles a
reclamar un empleo o una vivienda.
Cuba está sometida a una cruel guerra económica para evitar el que
estado socialista satisfaga sus necesidades y a la par fortalecen las
campañas mediáticas para culpar a la economía socialista por ser
deficiente.La misma fórmula le aplican hoy a Venezuela, con el fin de que la población repudie el sistema socialista que se ocupa, como ningún otro, de las necesidades del pueblo.
Las violaciones de los derechos humanos
en el capitalismo son permanentes, pero para esos no hay operaciones
mediáticas y la prensa controlada por los monopolios de la información
calla en complicidad con los gobiernos.
Esperemos que casos como estos reciban
una correcta respuesta de la justicia, pues seguramente el Partido
Popular inventará una enfermedad desconocida en el joven cubano para no
reconocer el crimen cometido por los sicarios del régimen “democrático”
español.
Por eso dijo José Martí:
“Mientras más de cerca toco las cosas políticas, más repugnancia me inspiran”.