Guayacán es el nombre común con el que se conoce a varias especies de árboles nativos de América, pertenecientes a los géneros Tabebuia, Caesalpinia, Guaiacum y Porlieria. Todas las especies de guayacán se caracterizan por poseer una madera muy dura. Es justamente por esa característica que reciben el nombre de guayacán, aun cuando no guarden relación de parentesco entre sí.

martes, 10 de mayo de 2016

Una labor que nace del arraigo al terruño

Son maestros, agricultores, amas de casa, carboneros, pescadores las más de las veces, personas que no ganan una retribución material por esa otra labor que hacen y que se añade a su ocupación habitual; sencillamente les viene de cuna o formación ese deseo de cuidar el terruño.
Andan a media noche por esos trillos y atajos que de memoria, y como la palma de la mano reconocen. Cuando casi todos los del caserío duermen, ellos, o ellas, comienzan su otra faena.
Para conocer el trabajo de hombres y mujeres que hoy permanecen anónimos más allá de su organización o comunidad, en medio de su quehacer laboral, conversamos con la miembro del secretariado nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) Julia Durru­thy Molina, quien atiende la esfera de vigilancia y prevención.
—¿Cuándo y con qué objetivo surgieron los Destacamentos Mirando al Mar?
Julia Durruthy Molina, miembro del secretariado nacional de los CDR que atiende la esfera de vigilancia y prevención. Foto: Isel Quintana Freyre
—La composición de las Tropas Guar­da­fronteras, desde sus inicios, no ha alcanzado numéricamente para cubrir todo el territorio nacional. Cuba como archipiélago, re­queriría una cifra considerable de estas fuerzas. De manera que, a partir el triunfo de la Revolución existió un personal civil, cederista, que complementó las misiones de vigilancia ante la prolífica actividad de bandas contrarrevolucionarias e infiltración de agentes que se sucedían en las zonas litorales. En 1970 se institucionalizó el grupo de voluntarios y surgieron los Desta­camentos de Avanzada Mirando al Mar.
“Constituyen una estructura subordinada a la de la organización cederista, de crucial importancia en el cuidado de nuestras costas.
“Hoy contamos en el país con 308 de estos grupos que reúnen más de 7 000 integrantes, de los cuales el 35 % son mujeres y el 25 jóvenes. Esta es una fuerza que desde hace unos años estaba envejeciendo y a partir del accionar de nuestra organización de masas dirigido a la captación de muchachos y muchachas en las comunidades marítimas hemos logrado revitalizar la membresía.
“Las acciones emprendidas por los CDR desde el 2011, en función de rejuvenecerse, han permitido la incorporación de jóvenes a las diferentes estructuras subordinadas o aledañas, incluyendo los Destacamentos Mirando al Mar.
“Estos también tienen fuentes de crecimiento en las escuelas, a partir del trabajo conjunto que llevamos a cabo con los centros educacionales orientado al incentivo y la formación hacia el cuidado de nuestras costas”.
—¿Cómo están conformados y de qué manera se realiza la selección de los miembros?
—La estructura del destacamento es muy simple: se conforma a partir de un jefe, un segundo jefe y el político, y el resto son los miembros que no rebasan el grupo de 20 o 30 personas.
“Al principio de voluntariedad, se le une el de la selectividad de los que formarán parte de los destacamentos. Desde las estructuras de base de los CDR se realiza el proceso de análisis y valoración tomando en cuenta los criterios aportados por el cuerpo de Guardafronteras, especialidad de consulta del Ministerio del Interior. La primera condición es que sean personas caracterizadas por sus valores impecables, integridad física y moral, así como por su acuerdo y apoyo al proyecto de la Revolución.
“Es fundamental que quienes se incorporen hayan mostrado en su proceder diario la solidez de sus principios. Ello es, en buena medida, la garantía para evitar posibles situaciones de complicidad, soborno y corrupción. Es una labor compleja porque muchas veces se está ante el tráfico de mercancías generadoras de riqueza en los poblados del litoral: madera, mariscos, droga, aves y otras y ha de primar la confianza de que ese colaborador, ese centinela, lo va a informar y frustrar, como exige su misión.
“Del 9 al 14 de mayo se está desarrollando la XI Operación Conjunta CDR-Tropas ­Guar­dafronteras. Una de las actividades que encabezará la jornada serán los actos de ingreso de los nuevos integrantes a los destacamentos.
“También se estarán efectuando por estos días preparaciones, entrenamientos, cursos cortos, ejercicios demostrativos, clases prácticas referidas a recalos de drogas, detección de salidas ilegales del país, posibles infiltraciones de lanchas extranjeras, enfrentamiento a indisciplinas sociales, resquebrajamiento de las leyes de las comunidades enclavadas en estas zonas como la pesca indiscriminada, el tráfico de especies de árboles y animales con las respectivas afectaciones que ello provoca a la flora y la fauna endémica y a los diferentes ecosis­temas.
“La cita es un espacio para enseñar y repasar procedimientos, sistemas de información y comunicación con la cadena de actores y organismos involucrados, consolidar habilidades de camuflaje y otras.
“En esta ocasión también se efectuará la entrega del carné acreditativo como miembro de los destacamentos, una solicitud que desde hace tiempo en las distintas reuniones y las visitas a estos poblados se había realizado.
“Aunque la operación desde el propio nombre está distinguiendo las fuerzas protagonistas, durante las jornadas y en otros encuentros del año se suman una serie de organizaciones como la Unión de Jóvenes Comunistas, la Federación de Mujeres Cubanas, la Federación Estudiantil Universitaria, convocada a través de los proyectos de desarrollo local universitarios; la Federación de Estudiantes de la En­señanza Media, las direcciones municipales de Cultura y el Inder, las autoridades del Gobierno y el Partido. Todas estas partes le dan un carácter integral y favorecen la gestión y la efectividad en el accionar cotidiano de los destacamentos”.
—¿Cuáles otras misiones desempeñan estos centinelas de costa?
—Los destacamentos van generando un aglutinamiento y un movimiento de actores que favorece el desarrollo local. Contamos, por ejemplo, con grupos de Cultura que se han ve­nido sumando y ya forman parte no solo de la Operación los días en que esta tiene lugar, sino que se han insertado y erigido como proyectos que integran y dinamizan la vida de estas comunidades.
“Lo significativo es que estamos hablando de asentamientos por lo general con una situación socioeconómica bastante deteriorada, donde estos encuentros constituyen espacios de saludable socialización en aras de hacer más agradable el día a día y el entorno del ve­cindario. Puedo citar el ejemplo del grupo Korimakao en la Ciénaga de Zapata, cuya in­teracción comunitaria ha sido sistemática y hoy es ya un símbolo de ese lugar.
“Pero la misión primera de este cuerpo de voluntarios es la prevención en la comunidad. El resultado es tangible: el 60 % de los recalos de droga el año pasado fueron detectados por estos colaboradores, labor que ha sido reconocida en distintos espacios y eventos nacionales”.
Sin embargo, el mayor miedo de quienes realizan esta función, dice Julia Durruthy, es a que se pierda el trabajo realizado, pues vi­ven en asentamientos de pocos habitantes. Un camino abrupto se abre para llegar hasta ellos. Muchos jóvenes emigran a estudiar, lue­go no regresan. Mas, todavía quedan otros tantos aferrados, seducidos, domesticados por su tierra, quienes eligen perpetuarla desde allí.

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