Por Arthur González.
El martes 9 de febrero, el Director Nacional de Inteligencia estadounidense, James Clapper, aseguró ante la Comisión de Asuntos Militares del Senado, que: “Cuba, y en especial su servicio de espionaje, es una amenaza real para la seguridad interna de Estados Unidos”.
Hay que tener poca memoria para afirmar tal cosa, cuando es Estados Unidos quien ejecuta la mayor y más completa actividad de espionaje sobre Cuba y el resto del mundo, sin excluir a sus propios ciudadanos.
Quién no recuerda los escándalos de Watergate, los espías norteamericanos capturados en otros países y la denuncia cubana en 1987, de más de 100 oficiales de la CIA llevando a cabo actividades de inteligencia contra la Revolución cubana, los cuales fueron filmados secretamente por la Seguridad de Cuba y expuestos en la TV en una serie de programas, mientras ejecutaban operaciones insólitas de entrega de medios sofisticados de comunicación satelital y direccionales, a sus agentes en la Isla.
Durante esa escandalosa denuncia cubana se conocieron 27 supuestos agente de la CIA, quienes realmente eran orientados por la Seguridad cubana para engañar a los estadounidenses, situación que fue silenciada en la prensa de Estados Unidos por órdenes expresas de la Casa Blanca.
Desde 1959 Cuba es blanco de los ataques diseñados por la CIA, desde los planes de asesinato a Fidel Castro, reconocido oficialmente por el Senado, hasta las más recientes acciones subversiva con la creación del Twitter para Cuba bajo el nombre de Zunzuneo y el WIFI Commotion, sin olvidar el caso del “contratista” Alan Gross que visitó varias veces el país para instalar ilegalmente equipos de tecnología avanzada, que permiten recibir y transmitir vía satelital, similares al entregado por un supuesto diplomático de su misión en La Habana a una fuente humana, así como el reclutamiento de funcionarios del gobierno cubano para obtener informaciones relevantes.
Habrá olvidado James Clapper, Director Nacional de Inteligencia, el papel que desarrolla el Servicio Nacional Clandestino bajo su mando, encargado de las actividades de espionaje a partir de fuentes humanas; las tareas de contrainteligencia dentro de la Agencia, y la de ejecución de las llamadas Operaciones Encubiertas.
Aunque se afirma que el Servicio Nacional Clandestino (NCS, por sus siglas en inglés), es considerado una estructura semi independiente de la Agencia, realmente es la rama más importante y secreta de toda la CIA, creado el 13 de octubre del 2005, en respuesta a las recomendaciones efectuadas en el Congreso para mejorar la actividad de espionaje, a partir de fuentes humanas.
Todos conocen que Cuba ha sido y es, la prioridad de la CIA en América Latina, de ahí los millonarios presupuestos aprobados en función de reclutar a funcionarios cubanos que les puedan facilitar los cambios de régimen que sueñan lograr en la Isla.
La única amenaza mundial en temas de espionaje es Estados Unidos, y no solo por las fuentes humanas obtenidas, sino por el control global de las comunicaciones vía Internet, los teléfonos móviles y fijos, sin respetar a Presidentes o entidades privadas, algo revelado por el ex analista de la CIA y la NSA, Edward Snowden, y por el sitio WikiLeaks.
Estados Unidos con sus permanentes acciones contra la Revolución cubana, se ha ganado el calificativo de enemigo, por querer asesinar a sus líderes, ejecutar múltiples y constantes actos terroristas contra centros económicos, agrícolas, y desarrollar una criminal guerra biológica para impedir la prosperidad del país, causante de la muerte de cientos de personas y animales, debido a la introducción de virus, plagas y otras enfermedades, entre ellas el Dengue.
Estados Unidos con sus permanentes acciones contra la Revolución cubana, se ha ganado el calificativo de enemigo, por querer asesinar a sus líderes, ejecutar múltiples y constantes actos terroristas contra centros económicos, agrícolas, y desarrollar una criminal guerra biológica para impedir la prosperidad del país, causante de la muerte de cientos de personas y animales, debido a la introducción de virus, plagas y otras enfermedades, entre ellas el Dengue.
El principal objetivo que persiguen esos actos es evitar que la economía socialista sea próspera, a fin de que los ciudadanos la rechacen y deseen reemplazarla por la capitalista, algo que también ejecutan hoy contra Venezuela; no por gusto ambas naciones disponen en la CIA de un solo director.
La nueva línea política trazada hacia Cuba por el presidente Barack Obama, a partir de la decisión del Consejo de Seguridad, es clara y precisa, desmontar el sistema socialista desde adentro, fortaleciendo a los trabajadores privados para que estos obtengan mejores resultados en su gestión y sean un ejemplo a seguir por los obreros y empleados estatales.
Esa es la razón fundamental de las nuevas flexibilizaciones de Obama, dirigidas solo hacia el sector no estatal, como lo es la reciente aprobación por la OFAC de autorizar una fábrica de pequeños tractores en la Zona Especial de Desarrollo en el puerto del Mariel, destinados exclusivamente a los campesinos privados.
Explícitos fueron los analistas del Council and Foreign Relations de Estados Unidos, cuando propusieron un cambio en la política hacia Cuba para lograr la llamada “Transición Pacífica hacia el capitalismo”, donde aseguran que:
“La oposición de EE.UU. a la Revolución cubana y el apoyo a la democracia y al desarrollo en este hemisferio, lograron frustrar las ambiciones cubanas de expandir su modelo económico e influencia política”.
“La oposición de EE.UU. a la Revolución cubana y el apoyo a la democracia y al desarrollo en este hemisferio, lograron frustrar las ambiciones cubanas de expandir su modelo económico e influencia política”.
Ante este la nueva política hay que estar muy atentos, pues como dijera José Martí:
“…abrir la casa a nuestros enemigos es darnos a ellos, y no librarnos de ellos”.
