La justicia está en la raíz de la nación cubana, así trascendió en el acto por el aniversario 40 de la Constitución de 1976, celebrado en el Memorial José Martí de la Plaza de la Revolución, donde además se recordaron a todos los compañeros que desde la jurisprudencia han contribuido con el Socialismo.
Desde su VI Congreso, la Unión Nacional de Juristas de Cuba instituyó el Premio Carlos Manuel de Céspedes de Derecho, en homenaje a personalidades de las leyes. En esta ocasión recayó sobre el Doctor Diego Fernando Cañizares Abeledo, por cumplir durante toda una vida la máxima martiana del culto a la dignidad plena del hombre.
Cañizares tiene una obra que se inicia en las luchas antimperialistas del siglo pasado y que continuó en la construcción de la nueva legalidad desde la investigación y las aulas. Numerosos textos teóricos suyos son libros de consulta en las academias de Cuba y el mundo, obras imprescindibles para entender la nación.
Además fueron reconocidos la M.Sc. Armanda Nuris Piñero y el Doctor Rodolfo Dávalos Fernández, con el Mallete Martiano, distinción que entregó el Héroe de la República René González. Ambos juristas resaltan, entre otras cosas, por el papel que desempeñaron en la causa por la liberación de los Cinco luchadores antiterroristas.
Las palabras centrales estuvieron a cargo de Homero Acosta Álvarez, secretario del Consejo de Estado, quien hizo un recuento de la historia del constitucionalismo cubano, desde los padres fundadores hasta el presente, cuando el proceso de actualización exigirá los cambios necesarios en materia legal, de manera que la sociedad y la ley vayan de la mano.
La Constitución de 1976 fue fruto de todo un proceso previo de sedimentación de instituciones y de estudios jurídicos, donde se tuvo muy en cuenta el referente histórico nacional. La aprobación de la actual Carta Magna está sostenida por referendo, así como por el contacto constante entre gobernantes y gobernados, base y esencia del Poder Popular.
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