Enrique Ubieta Gómez
Detesto los discursos solemnes. Seré lo más sobrio y directo posible: Carlos Serpa y Moisés Rodríguez, los agentes Emilio y Vladimir de la Seguridad del Estado, fueron homenajeados hoy en San José de las Lajas y en Artemisa, donde además estuvo Dalexis González, el agente Raúl. Al homenaje de San José --en la Universidad Agropecuaria--, asistió Julito el Pescador, una figura mítica. Julito tiene más de 80 años, Moisés 50, Carlos 44, Dalexis 34. Informo (a quien pueda interesar): Parece que hay continuidad, que existe relevo. Parece que el pueblo --y los jóvenes--, sienten admiración por ellos. Parece que la Seguridad del Estado no es para la gente común, de a pie, un órgano temible. Parece que muchos quieren ser como ellos. Parece que el heroismo, en Cuba, no ha pasado de moda. Hubo abrazos apretados, besos, lágrimas furtivas. No quiero poner las fotos "oficiales", prefiero las que muestran el contacto con la gente. Estuve escuchándolos y observándolos durante todo el día: son tres personas totalmente diferentes, no solo por la edad, también por el carácter y la formación. Moisés es un hombre asentado. Se inició a los 21 años, casi al dejar la Escuela Vocacional Lenin --de ahí su sobrenombre de guerra--, estuvo 27 infiltrado, dos años preso (por necesidades operativas) en el Combinado del Este, un año en Miami. Fue un cercano "colaborador" de personajillos como Valladares, Bofill y El Camaján. Dejó sus estudios de Ingeniería mecánica por exigencias de su actividad clandestina. Carlos estuvo diez años infiltrado, es hiperquinético, carismático, genuinamente popular. Era el vocero de Laura Pollán. Dalexis es ingeniero en telecomunicaciones. Habla con propiedad, sin aspavientos, con modestia, se refiere a los que creen que el dinero y las nuevas tecnologías pueden corromper a los jóvenes: "ellos piensan que somos pececitos que caemos con facilidad en el anzuelo" --dijo, y agregó--: "la historia, los valores, valen más que un iPod o cualquier otro objeto material".
Detesto los discursos solemnes. Seré lo más sobrio y directo posible: Carlos Serpa y Moisés Rodríguez, los agentes Emilio y Vladimir de la Seguridad del Estado, fueron homenajeados hoy en San José de las Lajas y en Artemisa, donde además estuvo Dalexis González, el agente Raúl. Al homenaje de San José --en la Universidad Agropecuaria--, asistió Julito el Pescador, una figura mítica. Julito tiene más de 80 años, Moisés 50, Carlos 44, Dalexis 34. Informo (a quien pueda interesar): Parece que hay continuidad, que existe relevo. Parece que el pueblo --y los jóvenes--, sienten admiración por ellos. Parece que la Seguridad del Estado no es para la gente común, de a pie, un órgano temible. Parece que muchos quieren ser como ellos. Parece que el heroismo, en Cuba, no ha pasado de moda. Hubo abrazos apretados, besos, lágrimas furtivas. No quiero poner las fotos "oficiales", prefiero las que muestran el contacto con la gente. Estuve escuchándolos y observándolos durante todo el día: son tres personas totalmente diferentes, no solo por la edad, también por el carácter y la formación. Moisés es un hombre asentado. Se inició a los 21 años, casi al dejar la Escuela Vocacional Lenin --de ahí su sobrenombre de guerra--, estuvo 27 infiltrado, dos años preso (por necesidades operativas) en el Combinado del Este, un año en Miami. Fue un cercano "colaborador" de personajillos como Valladares, Bofill y El Camaján. Dejó sus estudios de Ingeniería mecánica por exigencias de su actividad clandestina. Carlos estuvo diez años infiltrado, es hiperquinético, carismático, genuinamente popular. Era el vocero de Laura Pollán. Dalexis es ingeniero en telecomunicaciones. Habla con propiedad, sin aspavientos, con modestia, se refiere a los que creen que el dinero y las nuevas tecnologías pueden corromper a los jóvenes: "ellos piensan que somos pececitos que caemos con facilidad en el anzuelo" --dijo, y agregó--: "la historia, los valores, valen más que un iPod o cualquier otro objeto material".
En la Plaza Mártires de Humboldt 7 de la Universidad Agropecuaria de San José, un profesor felicita al agente Emilio.
Estudiantes piden ser fotografiadas con el agente Emilio.
Muchas anécdotas surgieron de la conversación directa.
Admiración.
Y agradecimiento.
Varias generaciones de revolucionarios. En el centro, Carlos Manuel Serpa (Emilio), Julito, el Pescador y Moisés Rodríguez (Vladimir), en ese orden.
Con el mítico Julito el Pescador, interpretado en un serial de televisión que hoy adquiere la dimensión de un clásico por René de la Cruz.
El encuentro de la Universidad Agropecuaria de San José de las Lajas termina en fiesta. Junto a los estudiantes cubanos hay de otras naciones del mundo.
Momento en que Carlos Manuel y Dalexis (Raúl) se encuentran por primera vez y se conocen. Lugar: Mausoleo a los héroes del Moncada, Artemisa.
También Moisés conoce a Dalexis en ese simbólico lugar.
Frente al Mausoleo: Moisés, 50 años de edad; Carlos, 44 años; Dalexis, 34. Si consideramos que Moisés empezó con 21, ¿cuántos serán conocidos después?
Aprovecho la oportunidad también.
Dalexis conversa con un grupo de estudiantes universitarias en Artemisa.
Estudiantes piden ser fotografiadas con el agente Emilio.
Muchas anécdotas surgieron de la conversación directa.
Admiración.
Y agradecimiento.
Varias generaciones de revolucionarios. En el centro, Carlos Manuel Serpa (Emilio), Julito, el Pescador y Moisés Rodríguez (Vladimir), en ese orden.
Con el mítico Julito el Pescador, interpretado en un serial de televisión que hoy adquiere la dimensión de un clásico por René de la Cruz.
El encuentro de la Universidad Agropecuaria de San José de las Lajas termina en fiesta. Junto a los estudiantes cubanos hay de otras naciones del mundo.
Momento en que Carlos Manuel y Dalexis (Raúl) se encuentran por primera vez y se conocen. Lugar: Mausoleo a los héroes del Moncada, Artemisa.
También Moisés conoce a Dalexis en ese simbólico lugar.
Frente al Mausoleo: Moisés, 50 años de edad; Carlos, 44 años; Dalexis, 34. Si consideramos que Moisés empezó con 21, ¿cuántos serán conocidos después?
Aprovecho la oportunidad también.
Dalexis conversa con un grupo de estudiantes universitarias en Artemisa.
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