Buró Represivo de Actividades Comunistas. BRAC
Luego de los sucesos ocurridos el 26 de julio de 1953 en las
ciudades de Santiago de Cuba y Bayamo y en el contexto de la convulsa
situación nacional que vivía el país, el 27 de noviembre de 1953 fue
dictado el decreto No. 1170, el cual establecía ilegal al Partido
Socialista y anunciaba la creación del Buró Represivo de Actividades
Comunistas (BRAC). Pero no aparece oficialmente en algunos documentos
emitidos por el Estado Mayor del Ejército y otras fuentes hasta el 3 de
mayo de 1955.
Los antecedentes de este servicio hay que buscarlo en el año 1942
-el 21 de Marzo, en plena guerra mundial-, cuando se creó el Servicio de
Investigación de las Actividades Enemigas, que fue organizado
para cooperar en la defensa continental y para prevenir actividades
contrarias a los regímenes democráticos por nacionales o extranjeros.
Este órgano represivo y de inteligencia fue ubicado dentro del
Ministerio de Gobernación, con carácter permanente, asesorado por dicho
ministerio en las labores oficiales de investigación y represión del
comunismo internacional.
Se especializó en formas, métodos y procedimientos sutiles y
mezquinos que introdujeron en las instituciones o dependencias del
estado, en las provincias o municipios; en organismos autónomos, en las
corporaciones económicas o instituciones de créditos públicos y
privados, organizaciones obreras y empresas cuyas actividades por su
importancia, trascendían al interés público, tales como radio,
televisión, publicaciones y propaganda.
Los miembros de este servicio tenían la facultad de proponer a los
funcionarios las medidas a adoptar como resultado de las investigaciones
practicadas. Una de las direcciones del trabajo estuvo dirigida a que
las autoridades civiles, los cuerpos de seguridad y fuerzas armadas, en
general estaban obligados a poner en conocimiento del BRAC todo hecho,
actuación o antecedentes del cual tuvieran noticias en relación con
actividades comunistas.
En todas las provincias se crearon agencias del BRAC que a la vez
tenían agentes en los distintos regimientos de la Guardia Rural, con la
finalidad de trasmitir toda la información al Órgano Central.
En el trabajo desplegado establecieron niveles de prioridad dentro
de la oposición: primero los comunistas, contra quienes dictaron miles
de investigaciones e hicieron recaer la responsabilidad de cualquier
movimiento huelguístico o manifestación de protesta; en segundo lugar
los auténticos, ya fueran insurreccionalistas o abstencionistas y por
último, los ortodoxos.
Un lugar fundamental, y muy cercano al de los comunistas ocupaban
estudiantes y moncadistas, en lo referente a la prioridad contra estos
últimos y con más saña luego de la amnistía, desataron una feroz
persecución y trataron de involucrarlos con o sin elementos, en toda
actividad oposicionistas, constituyendo en resumen, el objetivo
prioridad de las fuerzas represivas y los servicios de inteligencia.
Son realmente impresionantes los datos encontrados en los archivos
del BRAC y del SIM relacionados con estas organizaciones, de quienes
aparecen inventarios por provincias, municipios, barrios y en ocasiones
hasta de las cuadras donde residían y de sus actividades laborales,
relaciones, características de la familia y planes de trabajo a cumplir
por orientación de la máxima dirección del partido. El BRAC con ayuda
del BI llegó a confeccionar una ficha de cada militante y procesó,
estudió y divulgó, en el mayor secreto, entre todos los mandos
militares, sus documentos y directivas.
Conocían cuando se reunía el Comité Nacional y las
organizaciones provinciales, que trataban y lo que se proponían
realizar, así como informaciones referidas a la actividad del partido
con los trabajadores no afiliados, la CTC oficialista y hasta en que
lugares promovían paros, protestas o huelgas.
De esta sistemática y constante actividad del BRAC, frecuentemente
realizaban detenciones, decretaban el estado de alerta para las fuerzas
del orden público y de la Guardia Rural y seleccionaban soldados con
algún conocimiento en actividades relacionadas con los ferrocarriles y
el transporte urbano para utilizarlos como rompehuelgas.
Infiltró a sus delatores e informantes entre las filas del
estudiantado y en cuanta organización existía, trató de sobornar a sus
dirigentes sobre todo a los de la Universidad de La Habana, quienes
recibieron constantes allanamientos, detenciones y torturas.
De estos años de tiranía batistiana bastaba que una persona tuviera
relaciones de amistad o familiares con cualquier individuo que militara
o simpatizara con organizaciones, partidos o movimientos opositores
para que fuera investigada, detenida y hasta torturada; además de ser
fichada para el resto de su vida.
En los casos que pudo, encarceló, torturó y asesinó valiéndose de
la Policía Nacional y del SIM, entre cuyos cuerpos desarrolló un gran
intercambio de información.
Entre los Vicepresidentes del BRAC Martín Díaz Tamayo, Aquilino
Guerra González y Leopoldo Pérez Coujil, se consolidó una maldad
insostenible; se desató una de las más despiadadas represiones contra el
pueblo cubano, ejercida a través de algunos agentes como los coroneles
Lutgardo Martín Peréz, Conrrado Carratalá y el general Rafael Salas
Cañizares.
Uno de los hombres más siniestros del BRAC fue el Jefe de
Operaciones Castaño, a quien se le radicó causa por asesinato, maltrato,
torturas, violación y robo, y fue condenado a muerte en la Causa No. 75
en el año 1959. Declaró cínicamente en el juicio: “Yo no servía al régimen del dictador Batista, sólo perseguía la infiltración soviética en mi país.”
Para la preparación de los miembros del BRAC, el gobierno recibió
apoyo de EE.UU. El Director de la CIA, Allan Dulles, envió al máximo
jefe militar una carta con fecha 15 de julio de 1955, en la que
expresaba su complacencia por la creación de dicha organización y la
autorización para que la CIA prestara asistencia en el adiestramiento de
algunos oficiales.
La creación por el Gobierno cubano del “Buró de Represión de
Actividades Comunistas” es un gran paso adelante en la causa de la
Libertad. Me siento honrado que su gobierno haya acordado el permitir a
esta Agencia, la asistencia en el adiestramiento de algunos de los
oficiales de esta importante organización.
Tengo entendido que el general Martín Díaz Tamayo dirigirá las
actividades del BRAC y será responsable de su organización. En este caso
me gustaría sugerir que pudiera ser conveniente al General Díaz Tamayo
venir a Washington en un futuro cercano, de tal manera, que nosotros
pudiéramos discutir con él algunas de las técnicas usadas para combatir
las actividades del Comunismo Internacional. Estoy seguro que sería útil
intercambiar opiniones con el General Díaz Tamayo, como un adelanto al
grupo de sus subordinados, que vendrán aquí para entrenarse. El material
que ofreceremos al General puede ser una considerable ayuda en su tarea
de organizar el BRAC, y para indicarle el tipo de oficial que el debe
seleccionar para el entrenamiento.
…yo le sugeriré, si le es aceptable a Ud. y a su gobierno, que extienda
una invitación en mi nombre, al General Díaz Tamayo para venir a
Washington por aproximadamente dos semanas, preferiblemente comenzando
el lro.de agosto.
L
Guayacán es el nombre común con el que se conoce a varias especies de árboles nativos de América, pertenecientes a los géneros Tabebuia, Caesalpinia, Guaiacum y Porlieria. Todas las especies de guayacán se caracterizan por poseer una madera muy dura. Es justamente por esa característica que reciben el nombre de guayacán, aun cuando no guarden relación de parentesco entre sí.
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