Tiempo de escogida
Miles
de manos expertas clasifican hoja por hoja, las más de 16 300 toneladas
de tabaco producidas en la tierra de las mejores vegas del mundo
PINAR DEL RÍO.—Luego de varios meses de cosecha y otros tantos para
el secado, miles de manos expertas clasifican hoja por hoja, las más de
16 300 toneladas de tabaco producidas en la tierra de las mejores vegas
del mundo.
Es tiempo de escogida en Vueltabajo, el proceso que indica a ciencia cierta (atendiendo al tamaño, el color y la textura), cuánta materia prima estará disponible para la industria del torcido, qué parte podrá exportarse en rama, y cuál solo servirá como picadura en la cigarrería.
De ahí el empeño por acometer la tarea rápido, pero bien, en medio de un año en el que la sequía y las altas temperaturas han retardado el proceso.
Enrique Cruz Villate, quien dirige la actividad tabacalera en la provincia, explica que para emprender esta labor, se necesita “blandura”, o sea, cierto nivel de humedad para evitar que las hojas secas se pulvericen con la manipulación.
Pero la falta de lluvias durante el primer semestre obligó a una espera prolongada, antes de poder abrir las escogidas e iniciar el beneficio de la cosecha.
Se trata de una etapa crucial, en la que los errores de manejo o una demora excesiva, pueden echar por tierra el esfuerzo de todo un año.
“Es que aun estando seco, al tabaco lo atacan las plagas”, argumenta Francisca Cardonet, una operaria con varias décadas de experiencia.
Por ello, el propósito siempre ha sido concluir el beneficio en el mes de diciembre, una meta que esta vez parece más difícil de lo habitual.
Ante esa realidad, Enrique comenta que junto a las 132 instalaciones de la provincia dedicadas a esa actividad, hoy se sigue la estrategia de crear miniescogidas en todos los sitios que sea posible, a fin de agilizar el trabajo.
Luis Enrique Valdés, director de preindustria en la Empresa de Tabaco del municipio pinareño de San Luis, afirma que solo en ese territorio ya se han abierto 15, en los principales asentamientos poblacionales, y se espera sumar por lo menos otras tres.
Además, se trabaja en la ampliación de algunas de las que ya existen y en la extensión de los horarios, con el propósito de clasificar tabaco tanto de día como de noche, aprovechando la cercanía a la comunidad.
“Esto sin duda ha constituido un apoyo considerable, que nos ha permitido un incremento del ritmo de beneficio”, asegura.
Con las mismas funciones que las tradicionales, pero en locales adaptados y a una escala más reducida, las miniescogidas permiten acercar la preindustria a los barrios.
“De esta manera se favorece la incorporación de personas, pues la transportación deja de ser un obstáculo”.
Concebidas en un principio para captar jubiladas y amas de casa, la iniciativa ha constituido también una opción laboral en sitios donde escasean las fuentes de empleo.
Es el caso de la que funciona como extensión de la escogida V-13-0 de El Corojo, donde ya se han enrolado 65 operarios, varios de ellos hombres, y se espera seguir sumando fuerzas.
María de las Nieves Lezcano, jefa de la unidad, señala que hasta el momento han beneficiado 11 toneladas y pudieran sobrepasar las 45 antes del cierre de diciembre.
Mientras las escogidas tradicionales son grandes construcciones de mampostería y piso de cemento, la mini V-13-0 está ubicada en las casas de curación de dos campesinos, con piso de tierra sobre el que se ha colocado una manta de polietileno, y paredes de tabla que María de las Nieves y su colectivo se han encargado de adornar de una manera sencilla.
Sin embargo, advierte que lo más importante no son las apariencias, sino la disciplina y el rigor con que se trabaja, y eso, aquí lo tienen de sobra.
Es tiempo de escogida en Vueltabajo, el proceso que indica a ciencia cierta (atendiendo al tamaño, el color y la textura), cuánta materia prima estará disponible para la industria del torcido, qué parte podrá exportarse en rama, y cuál solo servirá como picadura en la cigarrería.
De ahí el empeño por acometer la tarea rápido, pero bien, en medio de un año en el que la sequía y las altas temperaturas han retardado el proceso.
Enrique Cruz Villate, quien dirige la actividad tabacalera en la provincia, explica que para emprender esta labor, se necesita “blandura”, o sea, cierto nivel de humedad para evitar que las hojas secas se pulvericen con la manipulación.
Pero la falta de lluvias durante el primer semestre obligó a una espera prolongada, antes de poder abrir las escogidas e iniciar el beneficio de la cosecha.
Se trata de una etapa crucial, en la que los errores de manejo o una demora excesiva, pueden echar por tierra el esfuerzo de todo un año.
“Es que aun estando seco, al tabaco lo atacan las plagas”, argumenta Francisca Cardonet, una operaria con varias décadas de experiencia.
Por ello, el propósito siempre ha sido concluir el beneficio en el mes de diciembre, una meta que esta vez parece más difícil de lo habitual.
Ante esa realidad, Enrique comenta que junto a las 132 instalaciones de la provincia dedicadas a esa actividad, hoy se sigue la estrategia de crear miniescogidas en todos los sitios que sea posible, a fin de agilizar el trabajo.
Luis Enrique Valdés, director de preindustria en la Empresa de Tabaco del municipio pinareño de San Luis, afirma que solo en ese territorio ya se han abierto 15, en los principales asentamientos poblacionales, y se espera sumar por lo menos otras tres.
Además, se trabaja en la ampliación de algunas de las que ya existen y en la extensión de los horarios, con el propósito de clasificar tabaco tanto de día como de noche, aprovechando la cercanía a la comunidad.
“Esto sin duda ha constituido un apoyo considerable, que nos ha permitido un incremento del ritmo de beneficio”, asegura.
Con las mismas funciones que las tradicionales, pero en locales adaptados y a una escala más reducida, las miniescogidas permiten acercar la preindustria a los barrios.
“De esta manera se favorece la incorporación de personas, pues la transportación deja de ser un obstáculo”.
Concebidas en un principio para captar jubiladas y amas de casa, la iniciativa ha constituido también una opción laboral en sitios donde escasean las fuentes de empleo.
Es el caso de la que funciona como extensión de la escogida V-13-0 de El Corojo, donde ya se han enrolado 65 operarios, varios de ellos hombres, y se espera seguir sumando fuerzas.
María de las Nieves Lezcano, jefa de la unidad, señala que hasta el momento han beneficiado 11 toneladas y pudieran sobrepasar las 45 antes del cierre de diciembre.
Mientras las escogidas tradicionales son grandes construcciones de mampostería y piso de cemento, la mini V-13-0 está ubicada en las casas de curación de dos campesinos, con piso de tierra sobre el que se ha colocado una manta de polietileno, y paredes de tabla que María de las Nieves y su colectivo se han encargado de adornar de una manera sencilla.
Sin embargo, advierte que lo más importante no son las apariencias, sino la disciplina y el rigor con que se trabaja, y eso, aquí lo tienen de sobra.
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