Guayacán es el nombre común con el que se conoce a varias especies de árboles nativos de América, pertenecientes a los géneros Tabebuia, Caesalpinia, Guaiacum y Porlieria. Todas las especies de guayacán se caracterizan por poseer una madera muy dura. Es justamente por esa característica que reciben el nombre de guayacán, aun cuando no guarden relación de parentesco entre sí.

jueves, 31 de diciembre de 2015

Un venerable médico, faro de los nuevos profesionales

CIENFUEGOS.—El golpe de Estado del dictador Fulgencio Batista, en 1952, lo sorprendió en sus inicios de estudio de la carrera de Medicina en una Universidad de La Habana a la cual recuerda —entonces—, como franco hervidero estudiantil en contra del tirano.
José María Bermúdez López se graduó de médico y lo primero que hizo al alborear la Re­volución fue devolverle el favor a su origen, pues prestó servicio social en una zona rural de Las Villas, parecida a donde antes viviera: presas co­mo estaban todas del desamparo gubernamental e índices asistenciales paupérrimos antes de 1959.
Su inicio oficial como profesional de la Me­dicina acontece el 20 de diciembre de 1960; de manera que ya tiene 55 años de trabajo, y las autoridades de Salud, el Partido provincial y los compañeros de su centro de trabajo realizaron una serie de homenajes a quien es referencia y faro de la profesión aquí.
El doctor Bermúdez, como todos le llaman en su entorno laboral, presta servicios (sin interrupción alguna ni faltar un día, salvo estuviere enfermo) en la sala de Medicina Interna del Hos­pital Provincial Dr. Gustavo Aldereguía Li­ma, desde la inauguración de este por el Co­man­dante en Jefe Fidel Castro, en 1979. Antes trabajó en otras unidades asistenciales de la zo­na central.
Tiene 84 años, está en edad de retiro hace casi dos décadas, y además suma la categoría de profesor consultante, otorgada por el Mi­nisterio de Salud, que le exime de asistir diariamente a una sala. Si embargo lo hace. Ante el ¿por qué? de Granma, el venerable médico, a quien todos quieren en igual medida que respetan, afirma:
“Franqueza total. Yo, honestamente, no ten­go necesidad económica de trabajar; pero ha­cer­lo forma parte de mi vida. Esa dinámica de visitar al paciente en mi sala, constatar su evolución, conversar con él, estar en contacto permanente con el enfermo, es algo que necesito y mientras pueda lo haré”.
El respetado especialista y profesor universitario, refiere que la Medicina Interna es el área de la profesión que siempre lo atrajo —y lo atrae—, debido a su es­en­­cia global, integral; por ende ayuda al pa­ciente en infinidad de problemas”.
En llegar a conocer la naturaleza exacta de la afección del enfermo cobra gran importancia el método clínico, sostiene quien es considerado un defensor a ultranza de este. “Consiste en interrogar exhaustivamente al paciente, y ex­plorar. Reviste extraordinaria utilidad de cara al enfoque diagnóstico de su patología. De manera desafortunada, se ha perdido en el mundo y también se está perdiendo en nuestro país, a mi modo de ver como resultado de la copia de esquemas de trabajo del exterior, innecesarios cuando nuestra medicina concita respeto internacional”.
A los noveles practicantes de la profesión, el doctor Bermúdez les regala esta receta de sabiduría: “Superación constante, consagración, humildad, ponerse en el lugar del enfermo, tratar con cariño y respeto al paciente y a la vez hacerse respetar, no incurriendo en vulgaridades de ningún tipo y manteniendo siempre la jerarquía profesional, ética y moral correspondiente a un médico”.

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