Por Pedro Martínez Pírez/Martianos
Ciento cuarenta y dos años después de la primera visita del prócer de la independencia cubana José Martí a Francia, está en París el presidente de Cuba, Raúl Castro Ruz, en lo que constituye una etapa importante en la batalla de Cuba por consolidar su segunda y definitiva independencia.
José Martí y Fidel Castro estuvieron en dos ocasiones en Francia en momentos históricos diferentes. El primero conoció y fue traductor de la obra de Víctor Hugo, y el segundo fue uno de los 61 jefes de Estado y de Gobierno que asistieron en París el once de enero de 1996 al sepelio del presidente Francois Mitterrand.
El presidente Mitterrand, entre otros gestos de amistad y solidaridad con Cuba, fue el único Jefe de Estado europeo que criticó al presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, por oponerse a la asistencia de Fidel Castro a la llamada Cumbre Norte-Sur, celebrada en octubre de 1981 en el balneario mexicano de Cancún.
Ahora es de nuevo Francia el país que marca la primera posición en el acercamiento europeo hacia Cuba para borrar la funesta herencia dejada por el reaccionario José María Aznar, autor de la tristemente célebre posición común, que tanto daño provocó a las relaciones entre Cuba y la Unión Europea.
A la visita efectuada a Cuba en mayo pasado por el presidente francés Francois Hollande, responde ahora Raúl Castro, con esta visita de Estado a Francia, que se produce a pocos días de que una de las 70 empresas francesas que tienen negocios con Cuba, la Pernord-Ricard, lograra en Estados Unidos una importante victoria contra la multinacional Bacardí, la cual desde 1994 usurpó la representación del ron Havana Club en el país que consume 40 por ciento de los rones que se producen en el mundo.
A pesar de que el bloqueo impide aún la comercialización en Estados Unidos del ron cubano Havana-Club, ya la Pernord-Ricard distribuye en el mundo 36 millones de litros de esta excelente bebida, que como los habanos y todos los demás productos de Cuba han estado prohibidos por las políticas de Washigton durante más de medio siglo.
Y Francia, que fue uno de los 191 países que votó en contra del bloqueo yanqui en la ONU hace pocos meses, recibe ahora al presidente Raúl Castro, convencida de que Cuba es un país que, más allá de su dimensión geográfica y económica, abre puertas en América Latina y el Caribe, una región de mucho interés geopolítico para Francia y otras naciones del mundo.
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