Pronto vuelve a convertirse la Isla en un astillero literario. Apenas unos días faltan para la inauguración de la Feria Internacional del Libro de La Habana (FILH) —prevista para el próximo jueves (11), y hasta el 21de febrero— y ya los aires saben a esas largas jornadas que dejan en sus participantes huellas inolvidables.
Al calor de la literatura, dama de honor de esta fiesta, no pocos han iniciado su vida como lectores. La Cabaña, como se le conoce popularmente al Parque Histórico Militar Morro-Cabaña, sede principal del evento, ha cobijado a familias enteras que han decidido compartir allí jornadas inolvidables, y muchos jóvenes de todas las edades posibles la han escogido para pasar en el hermoso recinto el día del amor, que siempre cae dentro de la fecha. La Feria es por tanto una invitación a la alegría, al saber y al crecimiento cultural y espiritual al que se asiste movido por la certeza de que llegar hasta ella nunca es en vano.
La presente edición tiene como País Invitado de Honor a la República Oriental del Uruguay, tierra de grandes como Horacio Quiroga, Mario Benedetti, Eduardo Galeano y Juan Carlos Onetti, y hermanada con el nuestro por su sangre latinoamericana y por la histórica relación que tuviera el Apóstol de la independencia cubana, José Martí, con esa nación cuando fuera Cónsul de ese país en Nueva York.
La presencia de más de 300 participantes de 37 países habla de una cita que apuesta por un intercambio cultural cada vez más rico que no solo se enorgullece de exhibir lo mejor de las tradiciones literarias universales, sino la de las más recientes hornadas de sus escritores, así como auténticas muestras de sus manifestaciones artísticas.
Dos autores cubanos reciben también los honores de esta Feria: la poeta, periodista y ensayista Lina de Feria y el escritor, folclorista y ensayista Rogelio Martínez Furé, ambos nominados para el Premio Nacional de Literatura 2015, otorgado finalmente a este último. La oportunidad de reencontrarse con la literatura escrita por ambos intelectuales, y de toparse con las respectivas novedades suyas que verán la luz, es otra de las divisas del evento.
Dos efemérides estarán visibilizadas en la Feria, que extiende sus espacios por varias subsedes capitalinas, el centenario del escritor santiaguero José Soler Puig, de extraordinarias resonancias también en el continente y para cuyo tributo tendrán lugar coloquios y presentaciones de libros, y el aniversario 130 de la abolición de la esclavitud en Cuba, que celebrará en la Casa de las Américas, del 15 al 17 de febrero, un seminario internacional alusivo al suceso con paneles temáticos y conferencias magistrales.
No faltarán en el jolgorio conciertos, exposiciones, obras de teatro, espectáculos danzarios y muestras de cine contemporáneo. En esta ocasión las casas editoriales elaboran sus respectivos diseños comerciales y asumen la promoción de sus libros. Propuestas capaces de seducir a lectores exigentes constituyen otros de los ardides de las editoriales para conseguir la venta de sus títulos.
Entre los eventos que engrosan el programa de la FILH está la reunión extraordinaria del Grupo Iberoamericano de Editores (GIE), conformado por 24 países, los cuales eligieron como sede a Cuba en la pasada cita de Guadalajara; los coloquios dedicados a los autores homenajeados; a José Martí; al Inca Garcilaso de la Vega en el aniversario 400 de su muerte; el de Ciencias Sociales, Medioambiente, los encuentros de bibliotecarios, traductores y editores y el de los libreros.
La reconocida cantante Malena Muyala y el percusionista Daniel “Tatita” Márquez, cultivador del candombe, prestigiosos artistas uruguayos, ofrecerán su arte en la jornada inaugural, mientras que en los días subsiguientes las más variadas tendencias artísticas de esa cultura pintarán con el color de la milonga, el tango y de otros ritmos típicos, los diversos escenarios del patio.
La visita de artistas como el guitarrista y cantante Fernando Cabrera, y Daniel Viglieti, intérprete del canto popular, y del gremio teatral, los jóvenes creadores Sergio Blanco, Gabriel Calderón, Santiago Sanguinetti y María Dodera, significan solo un avance de la presencia uruguaya en La Habana, verdadera divisa del programa artístico de la FILH, que está ya al doblar de la esquina.
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