Por Arthur González
Ha sido tanto el barraje mediático de mentiras tras mentiras que la contrarrevolución interna, fabricada y financiada por Estados Unidos desde 1960, se ha gastado de tal forma que ya no es creíble para nadie en este mundo.
Desde hace medio siglo han difamado a la Revolución cubana a más no poder. Desde las campañas sobre la supuesta Ley de pérdida de la patria potestad que se aprobaría para quitarle los hijos a los padres y enviarlos para la Unión Soviética, organizada por la CIA bajo el nombre de “Operación Peter Pan”, hasta las inventadas represiones y detenciones arbitrarias en épocas recientes, se reiteraron tanto que cansaron a quienes en algún momento se las creyeron.
Personajes como Elizardo Sánchez Santa Cruz y Pacheco, el inventor de largos listados de presuntos detenidos, en los que incluyó a escritores y poetas del siglo XIX, junto con miembros de equipos de futbol de países de habla hispana, hasta la eminente actriz vernácula, la vetusta Marta Beatriz Roque Cabello, creadora de una falsa huelga de hambre donde posó para las cámaras haciéndose la enferma en estado terminal.
Tantas falsedades cansaron no solo a los propios diplomáticos estadounidenses destacados en la Habana, sino a la prensa extranjera que se movilizaba a diario ante los avisos de situaciones extremas, que los reporteros comprobaban su inexistencia.
La acumulación ha sido mucha y al repasar la cantidad de organizaciones contrarrevolucionarias que construyeron, sin obtener ningún resultado, hicieron que la imagen de los supuestos disidentes cayera en el vacío.
Ese es el motivo por el cual carecen de apoyo popular e incluso el que lograron a base de presiones y dinero de los Estados Unidos se esfuma como las pompas de jabón.
Historias como la de la muerte de Oswaldo Payá, inventadas por su propia viuda e hija, en componenda con diplomáticos yanquis acreditados en Cuba a cambio de un visado para emigrar con el estatus de refugiadas políticas, no obtuvieron el respaldo de los fiscales españoles, los cuales desestimaron sus denuncias ante la ausencia de evidencias, situación que las puso en ridículo incluso con las autoridades del Ministerio de Asuntos Exteriores y Colaboración de España.
Los ejemplos resumen un variado panorama como la falsa invalidez de Armando Valladares o las huelgas de hambre de Guillermo Fariñas, pero la maquinaria mediática diseñada por la CIA les permitió una resonancia internacional que los conformó como supuestos héroes con múltiples premios.
Otra de las creaciones, al mejor estilo de Hollywood, lo es Yoani Sánchez Cordero, devenida en súper bloguera seleccionada como una de las 100 personalidades del mundo por la revista TIME, a solo un año de salir a Internet, con la adjudicación de los más importantes premios del periodismo internacional sin obra alguna.
A pesar del desprestigio de esas figuras, Estados Unidos y sus agencias de inteligencia continúan con las campañas para satinar a la Revolución y el más reciente espectáculo es el premio Homo Homini, otorgado por la organización People in Need, a once elementos contrarrevolucionarios cubanos puestos en libertad por el Gobierno de Cuba.
Esa organización fue construida en 1992 en la Republica Checa por la Fundación Nacional para el desarrollo, NED, bajo la estrategia del Programa Democracia, dado a conocer por el presidente Ronald Reagan para desmontar el sistema socialista en Europa.
Para enlodar más aun dicho premio, la noticia fue divulgada por la “comediante” Marta Beatriz Roque Cabello, protagonista de una falsa huelga de hambre, conocida en Cuba como la “Huelga del Aguacate”, debido a que la TV local expuso un documental en el cual se comprobó que era alimentada por un vecino a través de una ventana, quien el suministraba aguacates, habichuelas, calabaza y plátanos, los cuales poseen los minerales y vitaminas necesarias para mantenerla sin contratiempos, unido a sopas de pollo que le hacían en secreto.
Entre esos once se encuentran Marta Beatriz, Ángel Moya esposo de la inculta, grosera y corrupta Berta Soler de las llamadas “Damas” de Blanco, y el santiaguero José Daniel Ferrer, al frente de la UNPACU, grupúsculo de pocos años de creación, pero el que más dinero recibe mensualmente desde Estados Unidos para ejecutar actos provocativos.
Sin dudas, esta es la fórmula que permite a los yanquis entregarle altas sumas de dólares a sus asalariados, como premio a sus años de labor en campañas provocativas y mediáticas, ante un probable fin de sus actividades en un nuevo escenario, debido al restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba.
Triste final para esos que despreciaron a su patria y ahora con la vejez serán desechados porque ya no les sirven en sus nuevos planes.
Sabio fue José Martí cuando afirmó:
“…honor y corazón se truecan fácilmente por dinero”.