Carla Muñoz
Les molestó su encanto literario. Les molestó “Cuba 1957”, “Desalojo”, “Huelga”, “Juventudes”. Les molestó que su amor fuera “un arte mayor”.
Les molestó el jacket reversible que usaba Sergio para dar sus mítines relámpagos en San Juan y Martínez, cuando sobre los hombros de su compañero Juan Manuel Rivero, improvisaba una tribuna y arengaba al público. Luego, la policía buscaba “al muchacho del jacket verde”, pero ya entonces era carmelita. Les molestó que su amor fuera “un arte en su edad”.
Les molestó la palabra, la acción, el Movimiento 26 de julio en San Juan y Martínez. Les molestó que su amor fuera “un arte de paz”.
A Margarito Díaz, al coronel Evelio Miranda, al capitán Oscar Pedraja, a Pablo Antonio Zayas y al Teniente Armando Noda, les molestó, en la esquina del teatro, aquel “Al cine. ¿Le interesa?”; aquel “¡Mátenme a mí y no a mi hermano”, el desafío, sus apenas 17 y 19 años. Les molestó que su amor fuera “de humanidad”.
Hoy les molestaría el templo y museo que sus padres hicieron de su habitación, les molestaría la Asociación que lleva sus nombres. Les molestaría que hoy hagamos tanto por el recuerdo de los Hermanos Saíz, “por quienes merecen amor”.
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