Los resultados del control sobre la implementación de los aportes de la ciencia, la técnica y la innovación a la producción de alimentos, centraron los intercambios en la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, que sesionó con la presencia del miembro del Buró Político del Partido y primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Maricela Díaz Rodríguez, directora de Ciencia y Técnica del Ministerio de la Agricultura, puntualizó las principales deficiencias a perfeccionar del Sistema Nacional de Ciencia e Innovación Tecnológica Agraria, relacionadas con la modernización de la infraestructura, la integración e interrelación de todos los actores vinculados al desarrollo de las cadenas agroindustriales, y la implementación de un sistema de indicadores que posibilite evaluar, controlar y regular periódicamente su desempeño, entre otras.
El ejercicio de control y fiscalización realizado por los parlamentarios —que utilizó como muestra 15 entidades de ciencia y técnica— arrojó, entre otras limitaciones, la inexistencia de una política estatal claramente definida de las prioridades en la producción de alimentos; la falta de un marco legal adecuado para las relaciones entre las instituciones científicas y las entidades, y la ausencia de mecanismos de gestión que permitan introducir los resultados de la ciencia; la ineficiente realización de la demanda estatal y empresarial, y la inexistencia de estudios de cadenas agrarias de valores, según explicó el diputado Yuri Valdés Balbín al presentar los resultados.
En el inicio de los debates, la diputada Karen Alvarado, del municipio de Yateras, en Guantánamo, explicó el caso de unidades productoras que, a pesar de contar con presupuesto para la ciencia, no lo utilizan con ese fin. Además, apeló a la búsqueda de estrategias para estimular la permanencia de las personas que laboran en las montañas. “Y eso también incluye a los investigadores, que a veces trabajan en condiciones muy difíciles”.
Otras propuestas de los parlamentarios estuvieron relacionadas con la adopción de políticas macroeconómicas más integrales, capaces de estimular el vínculo estrecho entre la ciencia y la producción de alimentos; la necesidad de apreciar con un nuevo enfoque el extensionismo agrícola; y el apremio con que deben adoptarse los cambios para contrarrestar las problemáticas que más afectan a la población, entre ellas el suministro de alimentos y los elevados precios.
En su intervención, Miguel Díaz-Canel Bermúdez subrayó la valoración del papel de la ciencia que deben hacer los directivos, y llamó a que los científicos se conviertan en parte de las fuerzas productivas de las empresas agropecuarias.
Por otro lado, subrayó la necesidad de agregarle valores a nuestras producciones, y el papel que deben desempeñar los centros de investigación en ese propósito.
El primer vicepresidente cubano abogó por la implementación de la ciencia en la producción estatal y no estatal. Sobre la primera, dijo que hay empresas que son ejemplares en la aplicación de la ciencia y la tecnología, y realizan una enorme gestión de extensionismo agrario.
En los debates se encontraban además representantes de las comisiones Agroalimentaria y de Asuntos Económicos; la ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Elba Rosa Pérez; Aurora Fernández, viceministra de Educación Superior, y Julio Andrés García, viceministro primero de la Agricultura.
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