Algunos veteranos de la CIA denuncian que esta práctica fomenta la desconfianza interna. "Realmente, es jugar con fuego", alerta Fred Hitz, inspector general de la agencia de inteligencia entre 1990 y 1998.
Funcionarios de alto rango de la CIA llevan años engañado intencionadamente a sus propios empleados mediante la transmisión de informes internos que contienen información falsa acerca de las operaciones y de las fuentes situadas en el extranjero en el marco de una práctica conocida como 'eyewash' (patraña), informa 'The Washington Post' citando a oficiales y exoficiales de inteligencia. Esta técnica ha sido desvelada en el marco de una investigación del Senado de varios años sobre los programas de interrogatorios de la agencia.
Así, la CIA ha estado utilizando un sistema de memorandos internos estratificado para ocultar determinadas actividades clandestinas entre su propio personal: altos cargos transmiten un documento inicial con información falsa, para seguidamente enviar a un grupo de destinatarios más selecto un segundo documento, que indica hacer caso omiso del anterior comunicado, con la información real.
Según los oficiales y exoficiales que han tenido acceso al informe clasificado, se conocen al menos dos casos en los que se ha utilizado esta técnica secreta.
En uno de los casos, los jefes de la CIA informaron a los agentes que se encontraban en Pakistán de que no tenían la autorización para capturar a Abu Zubaida, miembro de Al Qaeda. Pero una segunda nota, enviada a un grupo mucho más pequeño de agentes, indicaba ignorar el anterior mensaje y proceder con la operación potencialmente letal. "La gente de los niveles externos que no tuvieron acceso a la información privilegiada estaban siendo intencionalmente engañados", afirma un oficial estadounidense.
Algunos veteranos de la CIA describen esta táctica como una medida de seguridad poco frecuente pero importante, ya que se trata de un medio para la protección de "secretos vitales" mediante la inserción de comunicaciones falsas en el tráfico de información rutinario con el objetivo de transmitir la información a destinatarios precisos. Sin embargo, otros califican esta práctica de abuso, la cual fomenta la desconfianza interna y sostienen que no hay manera clara de distinguir las falsedades de los registros verdaderos.
Por su parte, Fred Hitz, inspector general de la CIA entre 1990 y 1998, afirma que engañar intencionadamente a los empleados de la agencia engloba muchos riesgos. "Alguien que no esté al tanto podría actuar sobre la base de la información falsa. Realmente, es jugar con fuego", sentencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario