José
Ramón Balaguer Cabrera y Abelardo Álvarez Gil, miembros del
secretariado del Comité Central del Partido Comunista, presidieron el
acto conmemorativo por la fundación del primer Partido
marxista-leninista de Cuba
Hurgando en la historia de casi un siglo
transcurrido desde que se fundara el primer Partido marxista-leninista
de Cuba, fueron rememorados, en el acto conmemorativo por esa fecha
histórica, acontecimientos y personalidades vinculadas a este proyecto
comunista.
El encuentro —presidido por José Ramón Balaguer Cabrera y Abelardo Álvarez Gil, miembros del secretariado del Comité Central del Partido Comunista (CCPCC)— abrió con la presentación de un material audiovisual que recogía los principales sucesos y condiciones sociopolíticas que desencadenaron la fundación del Partido Comunista (PC) el 16 de agosto de 1925 por Carlos Baliño y Julio Antonio Mella.
Jorge Risquet Valdés, miembro del CCPCC en su intervención se refirió a cómo tras el fracaso de la guerra del 95 con la intervención norteamericana y en los años en que se funda la República neocolonial se unen dos ideas preconizadas del siglo anterior: la independencia de la patria y la revolución social. “Aspiraciones bajo las cuales —apuntó— se constituyó el primer Partido Comunista. Valoró la importancia de esa organización, de la convocatoria a celebrar un congreso y de la figura de Baliño al frente de ella.
“Este hombre, alguna vez carbonero, otra, torcedor de tabaco, alguna vez también exiliado, emprendió muy anciano ya el proyecto del partido comunista con una prolífica actividad política de propaganda teórica y acciones huelguísticas. Fue incansable en la labor sindical y de divulgación de las ideas socialistas”, significó.
Risquet Valdés recordó el día en que se iniciaron las sesiones del Congreso Nacional de Agrupación Comunista y quedó oficialmente constituido el Partido, en una vieja casa de la calle Calzada, del Vedado capitalino, lugar donde se erige hoy la sala teatral Hubert de Blanck.
En su palabras también aludió a otros nombres como Juan Marinello, Rubén Martínez Villena, Pablo de la Torriente, Antonio Guiteras y Blas Roca, los cuales para la década del 20, bajo el protectorado yanqui, se erigieron representantes del despertar de la conciencia nacional y estaban vinculados a la lucha social y emancipadora. Enfatizó en el importante papel que desempeñaron las figuras de Alfredo López quien lideraba la Federación Obrera de La Habana, Mella al frente de la Federación Estudiantil Universitaria, Villena y Marinello en la denuncia del gobierno de turno.
Sobre la condición del Partido se refirió a su estado de clandestinidad en casi todos los años de existencia, la persecución a los líderes durante del gobierno de Gerardo Machado, las acusaciones, cargos y procesos judiciales a que fueron sometidos, así como el destino fatal e injusto de sus líderes y miembros: exilio y asesinato de Mella y la reclusión a prisión de Baliño impedida por su muerte.
“A pesar de que el Partido de los más de 20 años que vivió, casi todos fueron en la ilegalidad y de la feroz calumnia de los medios de prensa burgueses en defensa del status neocolonial, ayudó a divulgar las ideas del socialismo científico, alentó la creación de sindicatos clasistas y permitió organizar al pueblo en el combate por la liberación nacional”, reflexionó.
En el encuentro también participaron otros dirigentes del Partido, el Gobierno, la Unión de Jóvenes Comunistas, las organizaciones de masas, el Ministerio del Interior y las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
El encuentro —presidido por José Ramón Balaguer Cabrera y Abelardo Álvarez Gil, miembros del secretariado del Comité Central del Partido Comunista (CCPCC)— abrió con la presentación de un material audiovisual que recogía los principales sucesos y condiciones sociopolíticas que desencadenaron la fundación del Partido Comunista (PC) el 16 de agosto de 1925 por Carlos Baliño y Julio Antonio Mella.
Jorge Risquet Valdés, miembro del CCPCC en su intervención se refirió a cómo tras el fracaso de la guerra del 95 con la intervención norteamericana y en los años en que se funda la República neocolonial se unen dos ideas preconizadas del siglo anterior: la independencia de la patria y la revolución social. “Aspiraciones bajo las cuales —apuntó— se constituyó el primer Partido Comunista. Valoró la importancia de esa organización, de la convocatoria a celebrar un congreso y de la figura de Baliño al frente de ella.
“Este hombre, alguna vez carbonero, otra, torcedor de tabaco, alguna vez también exiliado, emprendió muy anciano ya el proyecto del partido comunista con una prolífica actividad política de propaganda teórica y acciones huelguísticas. Fue incansable en la labor sindical y de divulgación de las ideas socialistas”, significó.
Risquet Valdés recordó el día en que se iniciaron las sesiones del Congreso Nacional de Agrupación Comunista y quedó oficialmente constituido el Partido, en una vieja casa de la calle Calzada, del Vedado capitalino, lugar donde se erige hoy la sala teatral Hubert de Blanck.
En su palabras también aludió a otros nombres como Juan Marinello, Rubén Martínez Villena, Pablo de la Torriente, Antonio Guiteras y Blas Roca, los cuales para la década del 20, bajo el protectorado yanqui, se erigieron representantes del despertar de la conciencia nacional y estaban vinculados a la lucha social y emancipadora. Enfatizó en el importante papel que desempeñaron las figuras de Alfredo López quien lideraba la Federación Obrera de La Habana, Mella al frente de la Federación Estudiantil Universitaria, Villena y Marinello en la denuncia del gobierno de turno.
Sobre la condición del Partido se refirió a su estado de clandestinidad en casi todos los años de existencia, la persecución a los líderes durante del gobierno de Gerardo Machado, las acusaciones, cargos y procesos judiciales a que fueron sometidos, así como el destino fatal e injusto de sus líderes y miembros: exilio y asesinato de Mella y la reclusión a prisión de Baliño impedida por su muerte.
“A pesar de que el Partido de los más de 20 años que vivió, casi todos fueron en la ilegalidad y de la feroz calumnia de los medios de prensa burgueses en defensa del status neocolonial, ayudó a divulgar las ideas del socialismo científico, alentó la creación de sindicatos clasistas y permitió organizar al pueblo en el combate por la liberación nacional”, reflexionó.
En el encuentro también participaron otros dirigentes del Partido, el Gobierno, la Unión de Jóvenes Comunistas, las organizaciones de masas, el Ministerio del Interior y las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
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