Lo que se pretende en las cárceles (en donde se mete a los que no piensan correctamente) es destruir de forma metódica la dignidad de las personas. Se trata de, mediante la tortura y el aislamiento, convertirlas en criaturas quejosas y despreciables (George Orwell 1984)
Ahed Tamimi, símbolo de la resistencia palestina y de la lucha de la mujer en cualquier parte del mundo contra la opresión del “macho enjaulador”, cumplió hoy su sexto mes en una celda de castigo sin que apenas se tengan noticias de ella, con la excepción de la gestión que acaba de hacer su abogada, la judía-mexicana, Gaby Lasky, para que se reduzca un tercio su condena a ocho meses de cárcel y pueda ser “puesta ya” en libertad.
Gaby Lasky, que habla español con fluidez (nació en México y a los 15 años se mudó a Israel), hizo esa petición al Servicio de Prisiones de Israel y dicho organismo, reunido en un comité especial, denegó hace unos días la solicitud de la letrada alegando que Ahed Tamimi no merece una reducción de condena porque “le falta arrepentimiento, sus ofensas revisten gran gravedad y representa un serio peligro”.
Mientras el Servicio de Prisiones muestra mano de hierro contra la adolescente, los machos de los servicios de inteligencia israelí (la Shabak) someten a Ahed a brutales interrogatorios, en los que ha habido desde acoso sexual a amenazas (torturas psicológicas) contra la integridad de sus seres queridos, cuyo fin es quebrar su espíritu de resistencia.
Ahed Tamimi está incomunicada (le arrebataron el móvil y la tienen prohibido escribir cartas), ya que los carceleros son conscientes de la repercusión global de sus palabras: un grito de denuncia contra el apartheid y la limpieza étnica que practica Israel contra los palestinos desde hace siete décadas.
Cualquier mensaje de Ahed Tamimi –encarcelada el pasado 19 de diciembre, cuando sólo tenía 16 años- tiene una enorme repercusión en la prensa y comunidad internacional, por lo que esa chica, valiente y de mente lúcida, (para muchos un “alter ego” de Nelson Mandela), supone “una seria amenaza” para la propaganda israelí que legitima la ocupación –desde 1948- del 78% de la Palestina histórica.
Ahed Tamimi abofeteó e increpó a dos soldados israelíes el pasado 15 de diciembre, lo que, al ser difundido en un video, fue considerado como una humillación por el Gobierno de Tel Aviv. La chica se enfrentó a las tropas tras enterarse de que un primo suyo de 14 años, Mohamed, recibió un disparo en la cara con una bala de caucho, herida que le dejó 72 horas en estado de coma, y una grave deformación craneal.
Mientras la adolescente es tratada como “una criminal” en una prisión de máxima seguridad, con videocámaras apuntándole las 24 horas del día, Israel celebra la reciente masacre palestina (más de 120 muertos y unos 12.000 heridos, en las recientes protestas contra la ocupación). Y, con el respaldo de EEUU, anuncia jubilosamente que pronto Jerusalén será la capital eterna de Israel, (lo que supone robar, después de ocupar en 1967), la parte árabe de la ciudad, “Jerusalén Este”, considerada por “los expatriados” la capital de Palestina.
El plan del Gobierno de extrema derecha de Tel Aviv, que ya ha logrado la mudanza de la Embajada de Estados Unidos a Jerusalén, tiene por objeto “avanzar en la recuperación de la Tierra Prometida” reduciendo Palestina a su mínima expresión, “el enclave de Gaza”. Una vez convertida Gaza “en una prisión sin oxígeno”, Israel espera que “todos los refugiados que viven allí” opten por el exilio con el fin de borrar del mapa la patria palestina.
Ahed Tamimi no sólo ha destacado en la lucha activa “en el campo de batalla”, -desde que tiene once años- sino también en las conferencias que ha pronunciado contra el sionismo en el Parlamento Europeo y en Sudáfrica, mostrando una serenidad y madurez que deja de piedra a todos los que escuchan su discurso “cargado de razones y sabiduría”.
(Repasemos el video de su intervención en el Parlamento Europeo, cuando tenía 16 años).
¿Qué hará Ahed Tamimi cuando sea puesta en libertad el próximo mes de agosto? ¿Seguirá encabezando las manifestaciones contra el sionismo en su aldea de Nabi Saled?
¿Cogerá la bandera palestina y la llevará consigo al exilio para poder estudiar, formarse (quiere se abogada para defender a su pueblo y a su familia) e intentar que el mundo tome conciencia de la causa palestina?
Ahed Tamimi dijo una vez a su padre, Bassem Tamimi, que si viviera en una Palestina libre sería futbolista, y que si viviese en una Palestina ocupada sería abogada. Por eso- según su defensora Gaby Lasy, de 51 años,- en los pocos momentos que le dejan en paz sus cancerberos estudia las pruebas de acceso a la universidad.
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