El 8 de enero de 1959
tras su entrada triunfal a la Habana al frente del Ejército Rebelde el
Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en un discurso pronunciado ante el pueblo
expreso ¨¨Se, además, que nunca más en nuestras vidas volveremos a presenciar
una muchedumbre semejante ,excepto en otra ocasión – en que estoy seguro que se
van a volver a reunir las muchedumbres-, y es el dia en que muramos, porque
nosotros ,cuando nos tengan que llevar a
la tumba ,ese dia,se volverá a reunir tanta gente como hoy, porque nosotros ¡jamás
defraudaremos a nuestro pueblo ! ¨¨.
¡Ahí viene Fidel! Decían muchos cuando cerca cerca del
cortejo fúnebre. El pueblo lo aclamaba como si pesara de verde olivo, igual que
cuando, si avisar, aparecía en cualquier rincón del país. Fueron cinco días y
cuatro noche de viaje por trece ciudades capitales y decenas de poblados,
bateyes. 1223 kilómetros recorridos desde la Habana hasta Santiago de Cuba.
Millones de hijos de la Isla a lo largo de la Carretera Central pudieron despedirlo y
agradecerle desde su envoltura en cedro, cristal y la bandera cubana.
Todos fueron testigos de un suceso que nunca había vivido la
nación, y que tal vez jamás vuelva a suceder en Cuba.
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