Stonegate Bank ha pasado de ser un banco de La Florida del
que (casi) nadie había oído hablar, a convertirse en el primero de
EE.UU. en firmar un acuerdo histórico con un banco corresponsal cubano,
un paso que será decisivo para cualquier plan de expandir las relaciones
comerciales entre ambos países.
El acuerdo fue firmado el pasado martes 21 de julio con el Banco Internacional de Comercio S.A. (BICSA), fundado en 1993, y que según un perfil que publica el sitio web del Banco Central de Cuba “cuenta con una amplia red de corresponsales de primer orden, principalmente europeos, asiáticos y americanos”.
Para llegar ahí, según dijo el presidente de Stonegate Bank, David Seleski, en una entrevista exclusiva con OnCuba durante su visita a La Habana para la firma del acuerdo, ambas partes vivieron 90 días intensos de trabajo previo.
Una vez que entre en vigor en unas tres o cuatro semanas, se daría por primera vez en años la posibilidad de hacer transacciones directas entre Cuba y Estados Unidos. En la actualidad cualquier transacción comercial que se quiera hacer, incluyendo el envío de remesas, debe realizarse a través de terceros países.
Seleski y su banco han tenido varios puntos a su favor en el difícil arte de conseguir acuerdos con instituciones cubanas, entre los que destaca el haber respondido al pedido del Departamento de Estado de prestar servicios a la Sección de Intereses de Cuba en Washington (hoy embajada) en un momento en que la Sección era una suerte de “apestada financiera” en territorio norteamericano.
A esto se une su proyección comercial en su vínculo con la isla: no la del banquero extranjero de paso, impaciente por hacer las cosas a su manera, sino la de alguien que desde 2011 ha estado familiarizándose con las regulaciones cubanas y su sistema bancario, y ha mostrado interés en avanzar al ritmo necesario para que ambas partes estén satisfechas con el resultado.
“Nuestra experiencia con Cuba”, explicó, “nos ponía en buena posición porque ya sabíamos cómo funcionaba el sistema de licencias, qué estaba permitido y qué no”.
Saleski dijo que el estatus actual de Stonegate no supone una excepción en las regulaciones del embargo. “El Registro Federal permite que los bancos den servicios a la representación diplomática de Cuba en EE.UU., y también permite establecer acuerdos con bancos corresponsales. O sea, podemos hacer negocios con la embajada y con otros bancos cubanos”.
“El gobierno cubano es muy cauteloso en su forma de hacer negocios”, dijo sobre su contraparte, “analizan todos los detalles, no se lanzan a cualquier cosa. Hicieron bien su trabajo de investigación previa al acuerdo.”
Habló también del nivel profesional que mostró la parte cubana en las negociaciones, que, en su opinión, ha sido alto. “Los cubanos hacen su análisis de riesgos de forma similar a la nuestra en EE.UU. Además de eso, también están trabajando con asesores que entienden las leyes de Estados Unidos, así que no se trata de una sola persona tomando las decisiones”.
“Todavía está el embargo y hay restricciones que hay que superar”, dijo en referencia a los obstáculos que impiden actualmente un movimiento más rápido en el acercamiento Cuba-EE.UU. “No solo de la parte norteamericana, de la parte cubana también, en lo regulatorio sobre todo. Avanzamos un poco, y entonces hay que detenerse y negociar el próximo paso.”
Stonegate Bank se propone objetivos a corto plazo, aunque planea avanzar todo lo que se pueda en el futuro. “Lo que queremos hacer es acelerar y hacer más eficiente el proceso de transferir dinero de un país a otro. Eso es lo que estamos tratando de hacer ahora, en esencia.”
Actualmente cualquier transacción que involucre bancos cubanos es lenta y complicada. No solo tiene que “viajar” la transacción de un país a otro, algo que implica tiempos de procesamiento más dilatados, sino que también deben realizarse cambios de una moneda a otra (dos como mínimo).
“Ahora mismo las transacciones tienen que ir a través de Canadá o de un país europeo, por poner un ejemplo, donde hay que hacer un cambio a dólares canadienses o euros, respectivamente, y de ahí sigue el dinero para Cuba, donde hay que cambiarlo a CUC,” explicó.
“Muchas veces también se dan problemas de transacciones que son detenidas porque los bancos no tienen claro si les está permitido procesarlas o no, y esa desconfianza añade más demora al proceso, que simplemente no es eficiente”, añadió.
“Lo más importante sería que se permita a los cubanos operar en dólares”, resaltó, “eso evidentemente facilitaría mucho las cosas”.
Un estudio preliminar realizado por Stonegate Bank arrojó que la introducción de las transacciones directas podrían abaratar los costos de 1% a 4%.
“Esto haría que los productos americanos fueran más competitivos que los de otros países exportadores (en el mercado cubano)”, dijo.
A la pregunta de OnCuba sobre qué cambios podría traer este acuerdo en el uso de tarjetas de crédito norteamericanas en la isla, Seleski dijo que el anuncio hecho por MasterCard a principios de año sobre su inicio de operaciones en Cuba no era posible sin tener acuerdo con un banco corresponsal.
“MasterCard estaba simplemente anunciando una intención”, dijo Seleski, “que no era posible en la práctica, porque el poder usar una tarjeta depende de que el banco que la emite también esté de acuerdo (y tenga los permisos) para ello. Ahora mismo no hay ningún banco emisor de tarjetas en Estados Unidos que permita usarlas en Cuba.”
Con respecto a la posibilidad de expandirse a otras áreas, como las remesas o posibilitar el uso de sistema de pagos en línea (como Paypal, por ejemplo), Seleski dijo que han estado en comunicación con entidades interesadas, pero que no hay nada conclusivo todavía.
“Estamos explorando otras avenidas. Tenemos muchos planes, pero no hemos hecho las investigaciones necesarias, así que todavía es pronto para decir cuáles serían futuras áreas de interés”, concluyó. “Ahora estamos centrándonos en dar este paso de tener un banco corresponsal.”
El acuerdo fue firmado el pasado martes 21 de julio con el Banco Internacional de Comercio S.A. (BICSA), fundado en 1993, y que según un perfil que publica el sitio web del Banco Central de Cuba “cuenta con una amplia red de corresponsales de primer orden, principalmente europeos, asiáticos y americanos”.
Para llegar ahí, según dijo el presidente de Stonegate Bank, David Seleski, en una entrevista exclusiva con OnCuba durante su visita a La Habana para la firma del acuerdo, ambas partes vivieron 90 días intensos de trabajo previo.
Una vez que entre en vigor en unas tres o cuatro semanas, se daría por primera vez en años la posibilidad de hacer transacciones directas entre Cuba y Estados Unidos. En la actualidad cualquier transacción comercial que se quiera hacer, incluyendo el envío de remesas, debe realizarse a través de terceros países.
Seleski y su banco han tenido varios puntos a su favor en el difícil arte de conseguir acuerdos con instituciones cubanas, entre los que destaca el haber respondido al pedido del Departamento de Estado de prestar servicios a la Sección de Intereses de Cuba en Washington (hoy embajada) en un momento en que la Sección era una suerte de “apestada financiera” en territorio norteamericano.
A esto se une su proyección comercial en su vínculo con la isla: no la del banquero extranjero de paso, impaciente por hacer las cosas a su manera, sino la de alguien que desde 2011 ha estado familiarizándose con las regulaciones cubanas y su sistema bancario, y ha mostrado interés en avanzar al ritmo necesario para que ambas partes estén satisfechas con el resultado.
“Nuestra experiencia con Cuba”, explicó, “nos ponía en buena posición porque ya sabíamos cómo funcionaba el sistema de licencias, qué estaba permitido y qué no”.
Saleski dijo que el estatus actual de Stonegate no supone una excepción en las regulaciones del embargo. “El Registro Federal permite que los bancos den servicios a la representación diplomática de Cuba en EE.UU., y también permite establecer acuerdos con bancos corresponsales. O sea, podemos hacer negocios con la embajada y con otros bancos cubanos”.
“El gobierno cubano es muy cauteloso en su forma de hacer negocios”, dijo sobre su contraparte, “analizan todos los detalles, no se lanzan a cualquier cosa. Hicieron bien su trabajo de investigación previa al acuerdo.”
Habló también del nivel profesional que mostró la parte cubana en las negociaciones, que, en su opinión, ha sido alto. “Los cubanos hacen su análisis de riesgos de forma similar a la nuestra en EE.UU. Además de eso, también están trabajando con asesores que entienden las leyes de Estados Unidos, así que no se trata de una sola persona tomando las decisiones”.
“Todavía está el embargo y hay restricciones que hay que superar”, dijo en referencia a los obstáculos que impiden actualmente un movimiento más rápido en el acercamiento Cuba-EE.UU. “No solo de la parte norteamericana, de la parte cubana también, en lo regulatorio sobre todo. Avanzamos un poco, y entonces hay que detenerse y negociar el próximo paso.”
Stonegate Bank se propone objetivos a corto plazo, aunque planea avanzar todo lo que se pueda en el futuro. “Lo que queremos hacer es acelerar y hacer más eficiente el proceso de transferir dinero de un país a otro. Eso es lo que estamos tratando de hacer ahora, en esencia.”
Actualmente cualquier transacción que involucre bancos cubanos es lenta y complicada. No solo tiene que “viajar” la transacción de un país a otro, algo que implica tiempos de procesamiento más dilatados, sino que también deben realizarse cambios de una moneda a otra (dos como mínimo).
“Ahora mismo las transacciones tienen que ir a través de Canadá o de un país europeo, por poner un ejemplo, donde hay que hacer un cambio a dólares canadienses o euros, respectivamente, y de ahí sigue el dinero para Cuba, donde hay que cambiarlo a CUC,” explicó.
“Muchas veces también se dan problemas de transacciones que son detenidas porque los bancos no tienen claro si les está permitido procesarlas o no, y esa desconfianza añade más demora al proceso, que simplemente no es eficiente”, añadió.
“Lo más importante sería que se permita a los cubanos operar en dólares”, resaltó, “eso evidentemente facilitaría mucho las cosas”.
Un estudio preliminar realizado por Stonegate Bank arrojó que la introducción de las transacciones directas podrían abaratar los costos de 1% a 4%.
“Esto haría que los productos americanos fueran más competitivos que los de otros países exportadores (en el mercado cubano)”, dijo.
A la pregunta de OnCuba sobre qué cambios podría traer este acuerdo en el uso de tarjetas de crédito norteamericanas en la isla, Seleski dijo que el anuncio hecho por MasterCard a principios de año sobre su inicio de operaciones en Cuba no era posible sin tener acuerdo con un banco corresponsal.
“MasterCard estaba simplemente anunciando una intención”, dijo Seleski, “que no era posible en la práctica, porque el poder usar una tarjeta depende de que el banco que la emite también esté de acuerdo (y tenga los permisos) para ello. Ahora mismo no hay ningún banco emisor de tarjetas en Estados Unidos que permita usarlas en Cuba.”
Con respecto a la posibilidad de expandirse a otras áreas, como las remesas o posibilitar el uso de sistema de pagos en línea (como Paypal, por ejemplo), Seleski dijo que han estado en comunicación con entidades interesadas, pero que no hay nada conclusivo todavía.
“Estamos explorando otras avenidas. Tenemos muchos planes, pero no hemos hecho las investigaciones necesarias, así que todavía es pronto para decir cuáles serían futuras áreas de interés”, concluyó. “Ahora estamos centrándonos en dar este paso de tener un banco corresponsal.”
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