Hace
unos días, en ocasión de visitar el municipio de Río Cauto, tierra de
mi feliz infancia, me encontré con Alexander Verdecia Rodríguez, amigo
de la niñez y compañero de aula. Luego de recordar varias anécdotas,
entre ellas las largas horas en el río, donde la felicidad era
incalculable, comenzamos hablar del presente y esta parte de la
conversación fue la que hoy me hace escribir estas líneas.
Me expuso de forma abierta que era el representante de #UNPACU, en el municipio. Al preguntarle qué era eso, me explicó con muy pocos detalles, como el que no sabe de qué está hablando, que era un grupo de “oposición al gobierno”, que se dedicaba “a poner carteles en las calles en horas de la madrugada” y a “buscar problemas sociales para publicar en el exterior”, a través de una cuenta en Internet, que le habían “asignado desde la Sección de Intereses de los EE.UU en #Cuba”, con el único fin de desacreditar a la Revolución, trabajos por los cuales “recibe un salario en CUC de su jefe en Santiago, un tal José Daniel Ferrer”.
Me expuso de forma abierta que era el representante de #UNPACU, en el municipio. Al preguntarle qué era eso, me explicó con muy pocos detalles, como el que no sabe de qué está hablando, que era un grupo de “oposición al gobierno”, que se dedicaba “a poner carteles en las calles en horas de la madrugada” y a “buscar problemas sociales para publicar en el exterior”, a través de una cuenta en Internet, que le habían “asignado desde la Sección de Intereses de los EE.UU en #Cuba”, con el único fin de desacreditar a la Revolución, trabajos por los cuales “recibe un salario en CUC de su jefe en Santiago, un tal José Daniel Ferrer”.
Ahí mismo caí, estaba frente a un
mercenario, uno de esos que vende a su patria y a su pueblo por dinero.
Quiso justificar sus acciones…pero eran muy escuetos sus argumentos. No
le permití que siguiera con su palabrería barata, pues conozco de sobra
su historial, y créanme, un vago que no aporta nada a la sociedad, que
privó a su esposa de la posibilidad de estudiar y trabajar por temor a
la infidelidad; no es una voz autorizada para desacreditar a la
Revolución, y menos, si lo hace por unos pocos pesos.
No entiendo que resista el rechazo de un
pueblo de más de 30 000 habitantes, que sin poderme mostrar propuestas
convincentes quiera hablar de “cambios” en Cuba. Pero existe gente así,
capaz de todo, y parece que en esa mal llamada UNPACU, se dedican a
recogerlos.
Me despedí de Alexander, no lo he vuelto a ver…pero imagino que en esa “lucha” no le debe ir nada bien, porque hasta sus familiares lo han dejado solo.
Me despedí de Alexander, no lo he vuelto a ver…pero imagino que en esa “lucha” no le debe ir nada bien, porque hasta sus familiares lo han dejado solo.
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