La Aduana General de la República de Cuba
(AGR) informa en su sitio digital que entre enero y mayo de este año se
han detectado seis casos de contrabando, vinculados con la detección de
39 aves, 20 huevos de aves, dos tortugas y 70 kilogramos de pepinos de
mar.
De acuerdo al propósito de la Aduana en la
isla caribeña que rige como un órgano de control en la frontera y de
fiscalización en la actividad vinculada al comercio exterior, existen
determinadas actividades que son debidamente prevenidas, detectadas y
enfrentadas en caso de fraude y contrabando, para contribuir a la
protección nacional e internacional del medio ambiente.
En tal sentido la Resolución 160 de 2011
del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) establece
las “Regulaciones para el control y la protección de especies de
especial significación para la diversidad biológica en el país” y es la
plataforma aduanera que rige para los casos de exportación de especies
cubanas.
La anterior disposición jurídica también protege a las especies de la nación, conforme al Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres (CITES).
De ahí la importancia de la incautación de
dos mil 703 especímenes, de los cuales 348 se reportaron como
contrabando durante el pasado año, gracias a la actuación de la Aduana
que frenó el intento de introducir al país de forma oculta 268 huevos y
ocho tortugas Morrocoy, y la tentativa de extracción de 72 aves, dentro
de las especies de la flora y la fauna, que son altamente cotizadas en
el mercado mundial.
El Estado y gobierno cubano junto a las
instituciones pertinentes asumen la responsabilidad de vigilar para
evitar las acciones de los cazadores furtivos y traficantes
inescrupulosos que potencian el tráfico ilegal de especies protegidas
por nuestras fronteras.
Para los casos de importación y
reexportación de especímenes, se aplica la Resolución 87 de 1996,
igualmente del CITMA, que protege todas las especies, cubanas o no, que
requieran permiso CITES. Estos cuerpos legales contienen las especies
protegidas listadas por los apéndices I, II y III, basados en
directrices internacionales para el control de las especies, agrupadas
según el grado de peligro de extinción.
Además, existe una base legal, la Resolución 180 de 2007 del CITMA, que ampara la autorización otorgada por el Centro Nacional de Seguridad Biológica para los especímenes que pueden constituir un riesgo.
Isabel Beltrán Collazo, inspectora
principal de la Dirección de Enfrentamiento de la AGR indicó que el
tráfico ilegal de especies en Cuba, mayoritariamente se presenta por dos
vías: la marítima utilizada por los tripulantes y la aérea por los
viajeros, quienes guardan los especímenes en el equipaje, algunos sin el
uso de ningún tipo de ocultación.
Según reproduce el portal Cubasí: “Estas
personas manifiestan ser aficionados a la cría doméstica de animales, o
que han recibido los especímenes como obsequio durante su estancia en
Cuba. En otros casos alegan que fueron comprados en ferias, en los
alrededores de lugares turísticos o simplemente en la calle”.
Sin embargo, “este tráfico podría
vincularse a las compras realizadas en lugares no autorizados, lo que
provoca que el portador no tenga ningún documento que pueda presentar
ante la Aduana acreditando la legalidad de su exportación”, aclaró la
funcionaria aduanera.
Cabe destacar el éxito de la actividad de
defensa patrimonial de lo natural, fundamentalmente en la Aduana Postal y
Envíos, de Cienfuegos, y en el capitalino aeropuerto internacional José
Martí, donde se reportan importantes resultados en la defensa y
vigilancia mediante el empleo de técnicas avanzadas y reforzada, con el
análisis operativo de la información adelantada de cargas y pasajeros.
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