Un enjambre de trabajadores que dan los toques finales a los equipos de audio y video, la tarima y otros detalles para la ceremonia oficial apertura de la Embajada, va y viene con escaleras, cables, tubos de aluminio y televisores enormes. En los exteriores, varios camiones de la televisión y de la prensa, con enormes platos satelitales que parecen de otro mundo, ya están apostados en la calle.
“Será una ceremonia breve, solemne y emotiva”, confirma uno de los agitados funcionarios cubanos, que acaba de participar en el ensayo que protagonizan tres jóvenes del Destacamento de Banderas, del Batallón de Ceremonias del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, que viajaron expresamente para este acontecimiento.
Ellos abrirán la ceremonia a las 10:33 de este lunes con una Marcha de la bandera e inmediatamente se ocuparán del izaje de la enseña nacional, en un mástil ubicado en el jardín, a la izquierda de la puerta principal. Este momento durará unos cinco minutos, “pero tendrá toda la solemnidad necesaria para ese instante”. Luego se cantará el Himno Nacional y se descorrerá la tela de la tarja de bronce, que registra que esta es la Embajada de la República de Cuba.
Más de 700 invitados dentro del edificio, entre ellos la subsecretaria de Estado Roberta Jacobson que ha confirmado su participación, podrán seguir lo acontece en el jardín a través de los televisores colocados en varios entornos de la misión.
Una vez concluida ese preámbulo, en el salón de protocolo del segundo piso de la Embajada, el Ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, hablará a los asistentes y al mundo, que seguirán en vivo esta ceremonia por la señal de APTN. La agencia AP adquirió los derechos de transmisión. Todo transcurrirá en una hora que volará en tiempo real, pero no en el tiempo de la Historia.
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