La judoca Dayaris Mestre dio a Cuba su primer título en los XVII Juegos Deportivos Panamericanos, al imponerse la noche del sábado en la división de los 48 kg, sacándose la espina de hace cuatro años frente a la muy calificada argentina Paula Pareto.
El Centro Deportivo de Mississagua, localidad ubicada al este de Toronto, sirvió la mesa para un triunfo más que deseado por la espirituana, quien antes había cedido varias veces ante la curtida sudamericana, bronce olímpica de Beijing 2008 y dorada en Guadalajara 2011.
El pleito final comenzó de modo adverso para la nuestra, pues el árbitro le marcó un yuko en contra por falso ataque a solo 40 segundos de iniciadas las acciones.
La respuesta de la cubanita fue atacar más y más, llevar la iniciativa y no darle tregua a una mujer experimentada y con arsenal técnico suficiente para mantener y extender esa ventaja. La estrategia surtió efecto a solo minuto y medio del final, pues el juez por fin se dignó a decretar una pasividad (yuko) que era evidente desde mucho antes, y que igualó las acciones, dándole oportunidad de triunfo a la discípula del profesor Ronaldo Veitía.
En el tiempo añadido la monarca centrocaribeña de Veracruz 2014 solo requirió 19 segundos para proyectar a su rival y concretar el ippón más importante de su carrera. ¿La reacción? Gritar, llorar, arrodillarse en gesto de celebración y agradecimiento. Luego echo a correr hacia su profesor y se abrazaron como siempre, entre lágrimas y secretos dichos al oído.
“En Guadalajara derroté a la brasileña Sara Meneses y luego tuve la mala suerte de caer ante Pareto, quien me venció por wazari. Fue una mala estrategia mía, no me guié por lo que me dijeron los entrenadores y la vida me ha demostrado que siempre tienen la razón”, recordó Mestre entre sollozos.
“El de hoy fue un combate para cualquiera de las dos, nos hemos enfrentado muchas veces, a veces ha ganado ella, a veces yo, pero hoy era el momento importante para imponerme”, añadió.
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