Este es un espacio de intercambio y reflexión, para demostrar la valía de un pueblo que se enfrenta al Imperio más poderoso del planeta con la seguridad absoluta en la Victoria porque le asiste la razón. Esas son las Razones de Cuba
Guayacánes el nombre común con el que se conoce a varias especies de árboles nativos de América, pertenecientes a los géneros Tabebuia, Caesalpinia, Guaiacum y Porlieria. Todas las especies de guayacán se caracterizan por poseer una madera muy dura. Es justamente por esa característica que reciben el nombre de guayacán, aun cuando no guarden relación de parentesco entre sí.
lunes, 20 de julio de 2015
Restablecidas las relaciones con Estados Unidos
Las
secciones de intereses en La Habana y Washington ya son embajadas. Hoy
se efectuará la ceremonia oficial de apertura de nuestra misión en la
capital estadounidense. ¿Qué cambia y qué se mantiene a partir de ahora?
Justo al frente de la
sede diplomática norteamericana, un vendedor de periódicos anuncia la
edición de Revolución del 4 de enero de 1961, que recoge la ruptura de
relaciones diplomáticas entre las dos naciones. Foto:ALBERTO KORDA
WASHINGTON.—El 4 de enero de 1961, el día después de
que Estados Unidos decidiera romper relaciones con Cuba, el periódico
Revolución amaneció con una portada que aún tensa los músculos y
dispara esa corriente eléctrica que viaja de la espalda a la cabeza
antes de tomar la más antigua de todas las decisiones: huir o pelear.
Un ¡Viva Cuba libre! encabeza la plana y da paso a la noticia del día
sobre el fin de los vínculos diplomáticos. Sin embargo, el peso visual
recae sobre la bandera de la estrella solitaria dibujada con trazos
irregulares. Resaltan el rojo del triángulo equilátero y el azul de tres
de sus franjas. Al final, una sola palabra, ¡Venceremos!
La noticia no fue del todo sorpresa. Tras varios meses de tolerancia a
las acciones desestabilizadoras de la embajada estadounidense en La
Habana, el gobierno revolucionario decidió rebajar el número de
funcionarios norteamericanos de 300 a 11, la misma cantidad de cubanos
en Washington.
El 2 de enero Fidel habló en la Plaza de la Revolución y explicó las
razones de esa medida y aseguró que más del 80 % de la plantilla yanqui
estaba compuesta por agentes del servicio de inteligencia del FBI y del
Pentágono, quienes habían estado operando impunemente en el país.
El día siguiente, pocas semanas antes de ceder el Despacho Oval al
presidente John F. Kennedy, la administración de Dwight Eisenhower
utiliza la decisión soberana como una excusa para dar el portazo final.
El 5 de enero aparece en Revolución una declaración oficial del
Consejo de Ministros que tiene el sello de Fidel: “El pueblo de Cuba
considera rotas sus relaciones con el gobierno de los Estados Unidos,
pero no con el pueblo de los Estados Unidos, y espera que esas
relaciones algún día vuelvan a restablecerse oficialmente, cuando los
gobernantes de Estados Unidos comprendan, al fin, que sobre bases de
respeto a sus derechos soberanos, sus intereses legítimos y dignidad
nacional, es posible mantener relaciones sinceras y amistosas con el
pueblo de Cuba”.
Tuvimos que esperar 53 años, 11 meses y 18 días para que un
presidente norteamericano, Barack Obama, anunciara en diciembre pasado
que estaba dispuesto a abrir un nuevo capítulo en las relaciones con
Cuba y un poco más, hasta el 1ro. de julio de este año, para que
confirmara en una carta a Raúl que las futuras relaciones estarían
basadas en los principios internacionales, la igualdad soberana, el
respeto por la integridad territorial y la no injerencia en los asuntos
internos de los Estados.
Es mucho lo que ha cambiado en ese lapso. América Latina es una
región distinta que hoy da pasos históricos hacia su unidad dentro de la
diversidad. Al mismo tiempo, las encuestas de opinión al interior de
los Estados Unidos muestran un apoyo mayoritario al acercamiento con
Cuba, incluso superior entre la comunidad cubana, que cada vez más
rechaza las políticas que los aíslan de su patria natal y de sus
familiares.
Pero nadie se deje confundir con el análisis simplista de que son
esas transformaciones los detonantes del 17 de diciembre. Es imposible
pensar en ese decursar de los acontecimientos sin la resistencia del
pueblo cubano y su determinación de sostener los valores fundacionales
de la Revolución.
Y es un logro indiscutible de esa resistencia que el reconocimiento a
la legitimidad de la Revolución se dé en vida del liderazgo histórico,
que ha logrado conducir la nación en las más difíciles coyunturas, desde
Girón a la caída del campo socialista, y el Periodo Especial en tiempo
de paz que desencadenó ese suceso en nuestro país.
Quizá estas décadas hayan sido la prueba más dura para un país
decidido a mantener su soberanía e independencia al lado de la principal
potencia mundial, con una tendencia histórica a querer imponer su
voluntad sobre una isla a solo 90 millas de la Florida.
Incluso esta nueva etapa que se abre está signada por la frase de que
Estados Unidos ha cambiado sus métodos mas no sus fines. Pero
difícilmente esa frase logre asustar a quienes han sufrido los peores
métodos de la historia.
Esta
bandera cubana fue arriada el 3 de enero de 1961 en la entonces
embajada cubana en Washington al romperse las relaciones diplomáticas
entre Cuba y EE.UU. Foto: Cubaminrex
Medio siglo es mucho tiempo para una persona pero no para una nación.
Ahora estamos en mejores condiciones para sentarnos a discutir los
grandes problemas que existen entre nuestros países, como la permanencia
del bloqueo, y también muchos otros que trascienden el diferendo
posterior a la revolución cubana, como la devolución del territorio de
la ilegal Base Naval de Guantánamo.
Sin duda no será una tarea sencilla y ya se pueden ver las
resistencias al interior de Estados Unidos, con una Cámara de
Representantes aferrada a los millonarios presupuestos para la
subversión hacia Cuba.
Queda mucho camino por delante a la hora de pasar de lo dicho a lo hecho, pero hoy es un día de celebración colectiva.
En la calle 16 de Washington a pocas cuadras de la Casa Blanca, donde
hace cerca de un siglo está enclavado el edificio que se construyó para
ser nuestra embajada y que después sirvió como sección de intereses, no
solo ondeará una reluciente bandera cubana por primera vez en medio
siglo. En el segundo piso se expondrá la enseña nacional que fue arriada
el 3 de enero de 1961 y guardada celosamente por un funcionario hasta
terminar en un museo cubano en Las Tunas.
Esa bandera es mucho más que un símbolo. Los pueblos que olvidan su historia, corren el riesgo de repetirla.
Junto a ella estará hoy en Washington una representación de la
sociedad cubana, sus políticos, intelectuales, deportistas, científicos y
religiosos, la base del país que hemos construido y, sobre todo,
nuestro principal activo para alcanzar la nación a la que aspiramos.
También asistirán medio millar de amigos de Cuba que durante estos años
han trabajado por una relación distinta entre los dos países.
Y junto a todos ellos estarán los protagonistas de esta historia, 11 millones de cubanos y Fidel y Raúl. Pero
como dijo el Comandante en Jefe tras ganar una guerra en la que todos
apostaban por su derrota: “No nos engañamos creyendo que en lo adelante
todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil”.
Entonces, como ahora y en los años por venir, nadie lo dude, ¡Vencimos y venceremos!
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