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Publicado : 12/02/2014
En el año de 1960 el gobierno de Estados Unidos intentó
convertir las principales regiones montañosas cubanas en santuario de la
contrarrevolución armada, para derrocar la Revolución y restaurar en el
poder una oligarquía criolla que representara sus intereses.
La idea original de esa operación subversiva urdida en las oficinas centrales de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), consideraba factible el derrocamiento del gobierno revolucionario mediante una guerra irregular en zonas rurales, combinada con acciones clandestinas en las ciudades.
Tal concepción se reflejó en el plan aprobado por el presidente Dwight David Eisenhower el 17 de marzo de 1960 bajo el título de «Un programa de acción encubierta contra el régimen de Castro».
La primera dirección de este programa, referido a la imagen que necesitaban proyectar hacia el exterior, para hacer creer que todo lo que acontecería en la isla era un asunto entre cubanos, decía: «Formar una organización de exiliados cubanos para atraer lealtades cubanas, dirigir actividades opositoras y darle cobertura a las operaciones de la Agencia [Central de Inteligencia]».
Según el Inspector General de la CIA Lyman Kirkpatrick: «El concepto era clásico, la mano del gobierno norteamericano no aparecería». La segunda dirección señalaba: «Hacer una ofensiva de propaganda a nombre de la oposición».
La tercera acotaba: «Crear dentro de Cuba un aparato clandestino, tanto para la recopilación de inteligencia como para la acción que respondiera a la dirección de la organización de exiliados». La dirección de tal aparato clandestino interno se garantizaría a través de la cuarta dirección, que rezaba: «Desarrollar fuera de Cuba una pequeña fuerza paramilitar para ser introducida dentro de la isla con el objetivo de organizar, entrenar y dirigir grupos de resistencia». Una quinta dirección, que aparecía en el plan original de la CIA y que resultó excluida del documento firmado por el presidente Eisenhower pero tratada de cumplir en reiteradas ocasiones se refería a los planes contra la vida del Comandante en Jefe Fidel Castro.
Desde el 17 de mayo de 1960 comenzó a transmitir hacia Cuba la emisora Radio Swan convocando al levantamiento armado y la ejecución de acciones terroristas.
La red interna de espionaje y acción estructurada por la CIA, empezó a crearse en el verano con el envío de elementos contrarrevolucionarios a las zonas montañosas, fundamentalmente de la región central […].
La primera operación de abastecimiento de armas llegó por vía aérea el 29 de septiembre, en las cercanías del Salto del Hanabanilla. Pero el arsenal cayó en manos de las Milicias que operaban en la zona con el apoyo del campesinado.
Otros alzamientos en la zona de Bernardo y en Imías, en Baracoa, y en Las Tunas y Mayarí, fueron neutralizados por las fuerzas orientales. El 5 de octubre, por playa Verracos, en la costa sur, procedente de la Base Naval yanqui en Guantánamo, penetró un pequeño grupo encabezado por Higinio Díaz, que regresó a su lugar de partida sin ejecutar ninguna acción. El agente de la CIA y antiguo miembro de los Tigres de Masferrer, Armentino Feria, al frente de 27 hombres incluyendo tres norteamericanos, penetraron por la Bahía de Navas, pero fueron capturados. Con la detención, entre el 6 y el 8 de octubre de Sinesio Walsh, Porfirio Ramírez, Plinio Prieto y el agente de la CIA Richard Pecoraro, que había penetrado clandestinamente en agosto para controlar las acciones de las bandas, la captura de un centenar de bandidos y alrededor de 75 colaboradores, y el arresto el 20 de octubre de William Morgan y Jesús Carreras, involucrados en el envío de armas y hombres al Escambray, la estrategia trazada por el Ejecutivo norteamericano recibió un golpe demoledor.
El 4 de noviembre la CIA cambió la concepción de sus planes de entrenamiento en los campamentos de emigrados cubanos en Guatemala. Comenzó a organizar una fuerza de asalto anfibia y aerotransportada con capacidad para desempeñarse en una guerra regular y seleccionó 80 efectivos que serían entrenados en operaciones de infiltración por vía marítima y guerra irregular. El 29 de noviembre el comandante [Manuel] Pity Fajardo perdió la vida durante la persecución de un grupo de elementos contrarrevolucionarios, que habían robado varias armas en Trinidad y huían hacia las montañas con el objetivo de alzarse.
En su lugar fue designado el comandante Dermidio Escalona. En la primera semana de diciembre la jefatura de las Fuerzas Armadas Revolucionarias desencadenó la Operación Jaula […]. Fueron movilizados unos 60 mil combatientes de las Milicias Nacionales Revolucionarias, principalmente obreros, dirigidos por oficiales del Ejército Rebelde y organizados en 80 batallones de todas las provincias, con el objetivo de aislar la zona montañosa central y dividirla en sectores de operaciones. En estas áreas se reiteró la estrategia de enfrentamiento trazada por Fidel mediante los cercos y los peines. Al finalizar 1960 los bandidos habían cometido 14 asesinatos de civiles en todo el territorio nacional, pero se encontraban bajo un constante hostigamiento.
Entre el 6 de enero y el 4 de marzo de 1961, en horas de la madrugada, la CIA ejecutó la Operación Silencio sobre el Escambray: seis lanzamientos de paracaídas con grandes cargamentos de armas para fortalecer a los bandidos, que fueron a parar a las manos de los batallones de Milicias desplegados en la región. También realizó operaciones similares sobre la finca El Rubí, en la zona de Cabañas, Pinar del Río y en Jaroche del Naranjal, una región montañosa de Caujerí, en Guantánamo.
Hasta ese momento la CIA había infiltrado 35 comandos, pero 20 fueron detenidos y el resto no pudo ejecutar ninguna acción debido al constante movimiento de tropas y a la vigilancia popular. El 4 de marzo el gobierno cubano anunció públicamente que en el Escambray habían sido puestos fuera de combate 420 bandidos, de ellos 39 muertos y 381 prisioneros, y se ocuparon 945 armas de fabricación norteamericana. Solo quedaron unos 150 bandidos huyendo dispersos y sin ninguna beligerancia. Las armas ocupadas fueron expuestas en la Plaza Cívica José Martí, en La Habana, como una denuncia al gobierno de Estados Unidos. Durante los primeros días de abril como consecuencia de los golpes recibidos por las bandas en el Escambray y con el objetivo de encubrir su participación, el gobierno norteamericano decidió trasladar el desembarco de la brigada mercenaria concebido inicialmente por la región de Trinidad, hacia Bahía de Cochinos, en la Ciénaga de Zapata, unos cien kilómetros hacia el oeste.
El 15 de abril varias aeronaves con falsas insignias de la Fuerza Aérea Revolucionaria ametrallaron los aeropuertos de Santiago de Cuba y San Antonio de los Baños y el aeródromo de Ciudad Escolar Libertad, en La Habana, causando 7 muertos, 53 heridos y cuantiosos daños materiales. Al día siguiente, durante el entierro de las víctimas, en la esquina de las calles 23 y 12, Fidel declaró el carácter socialista de la Revolución y convocó al pueblo a defender la Patria. En la medianoche del 17 de abril de 1961 se produjo el desembarco de la Brigada de Asalto 2506 por Playa Girón.
Poco después, los órganos de la Seguridad, con el apoyo de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), se enfrascaron en la detención de los elementos más peligrosos que encabezaban las organizaciones contrarrevolucionarias, las que al quedar desarticuladas no pudieron llevar a cabo ninguna acción en apoyo a la invasión […].
El programa subversivo aprobado por el Presidente norteamericano, dirigido y ejecutado por la CIA, contando con el apoyo de las organizaciones contrarrevolucionarias internas, las bandas terroristas y los mercenarios, había sido derrotado.
La idea original de esa operación subversiva urdida en las oficinas centrales de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), consideraba factible el derrocamiento del gobierno revolucionario mediante una guerra irregular en zonas rurales, combinada con acciones clandestinas en las ciudades.
Tal concepción se reflejó en el plan aprobado por el presidente Dwight David Eisenhower el 17 de marzo de 1960 bajo el título de «Un programa de acción encubierta contra el régimen de Castro».
La primera dirección de este programa, referido a la imagen que necesitaban proyectar hacia el exterior, para hacer creer que todo lo que acontecería en la isla era un asunto entre cubanos, decía: «Formar una organización de exiliados cubanos para atraer lealtades cubanas, dirigir actividades opositoras y darle cobertura a las operaciones de la Agencia [Central de Inteligencia]».
Según el Inspector General de la CIA Lyman Kirkpatrick: «El concepto era clásico, la mano del gobierno norteamericano no aparecería». La segunda dirección señalaba: «Hacer una ofensiva de propaganda a nombre de la oposición».
La tercera acotaba: «Crear dentro de Cuba un aparato clandestino, tanto para la recopilación de inteligencia como para la acción que respondiera a la dirección de la organización de exiliados». La dirección de tal aparato clandestino interno se garantizaría a través de la cuarta dirección, que rezaba: «Desarrollar fuera de Cuba una pequeña fuerza paramilitar para ser introducida dentro de la isla con el objetivo de organizar, entrenar y dirigir grupos de resistencia». Una quinta dirección, que aparecía en el plan original de la CIA y que resultó excluida del documento firmado por el presidente Eisenhower pero tratada de cumplir en reiteradas ocasiones se refería a los planes contra la vida del Comandante en Jefe Fidel Castro.
Desde el 17 de mayo de 1960 comenzó a transmitir hacia Cuba la emisora Radio Swan convocando al levantamiento armado y la ejecución de acciones terroristas.
La red interna de espionaje y acción estructurada por la CIA, empezó a crearse en el verano con el envío de elementos contrarrevolucionarios a las zonas montañosas, fundamentalmente de la región central […].
La primera operación de abastecimiento de armas llegó por vía aérea el 29 de septiembre, en las cercanías del Salto del Hanabanilla. Pero el arsenal cayó en manos de las Milicias que operaban en la zona con el apoyo del campesinado.
Otros alzamientos en la zona de Bernardo y en Imías, en Baracoa, y en Las Tunas y Mayarí, fueron neutralizados por las fuerzas orientales. El 5 de octubre, por playa Verracos, en la costa sur, procedente de la Base Naval yanqui en Guantánamo, penetró un pequeño grupo encabezado por Higinio Díaz, que regresó a su lugar de partida sin ejecutar ninguna acción. El agente de la CIA y antiguo miembro de los Tigres de Masferrer, Armentino Feria, al frente de 27 hombres incluyendo tres norteamericanos, penetraron por la Bahía de Navas, pero fueron capturados. Con la detención, entre el 6 y el 8 de octubre de Sinesio Walsh, Porfirio Ramírez, Plinio Prieto y el agente de la CIA Richard Pecoraro, que había penetrado clandestinamente en agosto para controlar las acciones de las bandas, la captura de un centenar de bandidos y alrededor de 75 colaboradores, y el arresto el 20 de octubre de William Morgan y Jesús Carreras, involucrados en el envío de armas y hombres al Escambray, la estrategia trazada por el Ejecutivo norteamericano recibió un golpe demoledor.
El 4 de noviembre la CIA cambió la concepción de sus planes de entrenamiento en los campamentos de emigrados cubanos en Guatemala. Comenzó a organizar una fuerza de asalto anfibia y aerotransportada con capacidad para desempeñarse en una guerra regular y seleccionó 80 efectivos que serían entrenados en operaciones de infiltración por vía marítima y guerra irregular. El 29 de noviembre el comandante [Manuel] Pity Fajardo perdió la vida durante la persecución de un grupo de elementos contrarrevolucionarios, que habían robado varias armas en Trinidad y huían hacia las montañas con el objetivo de alzarse.
En su lugar fue designado el comandante Dermidio Escalona. En la primera semana de diciembre la jefatura de las Fuerzas Armadas Revolucionarias desencadenó la Operación Jaula […]. Fueron movilizados unos 60 mil combatientes de las Milicias Nacionales Revolucionarias, principalmente obreros, dirigidos por oficiales del Ejército Rebelde y organizados en 80 batallones de todas las provincias, con el objetivo de aislar la zona montañosa central y dividirla en sectores de operaciones. En estas áreas se reiteró la estrategia de enfrentamiento trazada por Fidel mediante los cercos y los peines. Al finalizar 1960 los bandidos habían cometido 14 asesinatos de civiles en todo el territorio nacional, pero se encontraban bajo un constante hostigamiento.
Entre el 6 de enero y el 4 de marzo de 1961, en horas de la madrugada, la CIA ejecutó la Operación Silencio sobre el Escambray: seis lanzamientos de paracaídas con grandes cargamentos de armas para fortalecer a los bandidos, que fueron a parar a las manos de los batallones de Milicias desplegados en la región. También realizó operaciones similares sobre la finca El Rubí, en la zona de Cabañas, Pinar del Río y en Jaroche del Naranjal, una región montañosa de Caujerí, en Guantánamo.
Hasta ese momento la CIA había infiltrado 35 comandos, pero 20 fueron detenidos y el resto no pudo ejecutar ninguna acción debido al constante movimiento de tropas y a la vigilancia popular. El 4 de marzo el gobierno cubano anunció públicamente que en el Escambray habían sido puestos fuera de combate 420 bandidos, de ellos 39 muertos y 381 prisioneros, y se ocuparon 945 armas de fabricación norteamericana. Solo quedaron unos 150 bandidos huyendo dispersos y sin ninguna beligerancia. Las armas ocupadas fueron expuestas en la Plaza Cívica José Martí, en La Habana, como una denuncia al gobierno de Estados Unidos. Durante los primeros días de abril como consecuencia de los golpes recibidos por las bandas en el Escambray y con el objetivo de encubrir su participación, el gobierno norteamericano decidió trasladar el desembarco de la brigada mercenaria concebido inicialmente por la región de Trinidad, hacia Bahía de Cochinos, en la Ciénaga de Zapata, unos cien kilómetros hacia el oeste.
El 15 de abril varias aeronaves con falsas insignias de la Fuerza Aérea Revolucionaria ametrallaron los aeropuertos de Santiago de Cuba y San Antonio de los Baños y el aeródromo de Ciudad Escolar Libertad, en La Habana, causando 7 muertos, 53 heridos y cuantiosos daños materiales. Al día siguiente, durante el entierro de las víctimas, en la esquina de las calles 23 y 12, Fidel declaró el carácter socialista de la Revolución y convocó al pueblo a defender la Patria. En la medianoche del 17 de abril de 1961 se produjo el desembarco de la Brigada de Asalto 2506 por Playa Girón.
Poco después, los órganos de la Seguridad, con el apoyo de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), se enfrascaron en la detención de los elementos más peligrosos que encabezaban las organizaciones contrarrevolucionarias, las que al quedar desarticuladas no pudieron llevar a cabo ninguna acción en apoyo a la invasión […].
El programa subversivo aprobado por el Presidente norteamericano, dirigido y ejecutado por la CIA, contando con el apoyo de las organizaciones contrarrevolucionarias internas, las bandas terroristas y los mercenarios, había sido derrotado.
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