Una opción que reverdece en esta etapa estival es la venta de libros en diversos puntos de la capital, alternativa que reconocemos en el intento de ampliar las posibilidades de una recreación sana.
Existe demasiada institucionalización del tema, de ahí que seamos del criterio que la recreación debe ser una opción individual. No debemos tratar de imponer cómo debe un niño, joven, adolescente o las personas de la tercera edad tienen que disfrutar de su tiempo libre.
Deberían estar todas las alternativas para que el individuo seleccione la de su preferencia. Incluimos el hábito de la lectura siempre que seamos capaces de formar esta modalidad en el individuo desde edades tempranas. Se puede optar además por asistir a un concierto, al teatro, disfrutar de las artes plásticas, entre otras modalidades de esparcimiento inteligente.
Fomentar el concepto integral de la recreación que le permita a las diversas generaciones aprovechar su tiempo libre, atendiendo a sus gustos y preferencias, es un anhelo para el país.
Los centros nocturnos, y los disímiles espacios para bailar y pasar un tiempo a gusto no resultan escenarios disponibles para adolescentes y jóvenes, que son los que por preferencias generacionales necesitan de esos lugares para recrearse a gusto. A estas instituciones sólo pueden acudir aquellos que tienen un poder adquisitivo superior, sin desdeñar que son opciones de recreación netamente demandadas pero sus ofertas son en moneda libremente convertible, y no todos pueden acceder.
La felicidad no sólo está en el placer y en la recreación; necesita a gritos otros componentes básicos que impone la propia vida. Por qué pensar que una aglomeración de personas terminará en un altercado descomunal. Para contrarrestar tal situación están diseñados los agentes de la policía quienes deben de velar por el orden y la tranquilidad ciudadana, y no dejar al libre albedrío que la querella se autorregule.
Para nadie es un secreto que en Cuba no hay lugares habituales para bailar, y en tal sentido hay que saber satisfacer a los públicos.
Esperemos que con los proyectos de desarrollo local que fomenta el nuevo modelo de gestión cubano, las administraciones públicas de cada territorio se pronuncien por llenar la vida de sus pobladores, ávidos de atractivos y señuelos si de recreación y esparcimiento se trata.
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