Ambas naciones habían firmado en agosto de 1939 un pacto de no agresión, ni de forma individual ni en alianza con otros estados. También incluía no apoyar a otro tercer país que pudiera atacar a la otra parte del pacto, entre otros aspectos. El pacto Ribbentrop-Mólotov tendría una duración de diez años.
Según expertos, tanto Hitler como Josehp Stalin, líder de la URSS, sabían que esta cierta paz no duraría y un enfrentamiento era inevitable.
Con la operación Barbarroja, Hitler pretendía avanzar simultáneamente con tres ejércitos para cercar a las tropas soviéticas en una campaña relámpago de pocos meses. Tres millones de hombres y 3 400 tanques avanzaron organizados en estos ejércitos. El grupo norte partiría hacia Leningrado, el sur hacia Ucrania y el central hasta Moscú.
Junto a las fuerzas militares germanas participaron tropas de Italia, Finlandia, Eslovaquia, Hungría y Rumanía. Además se incorporaron voluntarios de Croacia, Bélgica, Francia y España.
La invasión causó cierte sorpresa en un inicio y el Ejército alemán obtuvo grandes victorias, que les permitieron llegar a las afueras de Leningrado y Moscú. Sin embargo, a pesar del gran número de tropas hitlerianas y estos éxitos, el alto mando alemán no analizó factores como las bajas temperaturas, los grandes territorios a recorrer y la falta de comunicaciones, señala Europa Press.
¿Qué condujo a la derrota de la invasión? Muchos señalan al clima como un elemento clave en el final de la operación Barbarroja. Según relata la agencia de noticias europea, las temperaturas alcanzaron los 50 grados bajo cero.
El Ejército alemán no estaba preparado para enfrentar las duras condiciones meteorológicas, ni para una guerra de larga duración que llevó al alto mando alemán a enfrentar problemas con la alimentación, la vestimenta y las armas de los soldados.
El Ejército soviético sobrepasaba al alemán por un gran margen en cantidades de soldados, números de tanques y aviones, así como en la calidad armamentista. Por ejemplo, los modelos de tanques T-34 y KV-1 y aviones Sturmovik eran técnicamente mejores, según artículos de prensa.
Pero entender el giro que dio la Segunda Guerra Mundial en este frente resulta imposible sin valorar la valentía de los pueblos soviéticos y la firmeza del liderazgo político y militar del primer país socialista en la historia de la humanidad.
A estos factores se le suma la reorganización y el enfoque de toda la nación soviética a defender su patria, pero también el rápido desarrollo de su industria de guerra.
Por su parte, el Ejército soviético se recuperó de la sorpresa inicial y bajo la dirección del Mariscal Gueorgui Zhúkov —uno de los grandes estrategas rusos—, se consolidaron las tropas de la URSS y recuperó territorios.
Zhúkov hizo retroceder a las tropas alemanas en Leningrado y más tarde, cuando los alemanes se encontraban a 25 kilómetros de Moscú en diciembre de 1941, se encargó de la defensa de la capital.
El Mariscal conocía que Japón no estaba dispuesto a atacar el flanco siberiano de la URSS lo que le convenció para transferir la gran mayoría de las reservas del Este y concentrarlas en secreto cerca de Moscú.
Las bajas temperaturas y la llegada de tropas de Siberia provocaron la retirada germana. Al oeste de la capital rusa, se produjo entonces la llamada batalla de Moscú, en la cual fue imposible que las tropas de Hitler recuperaran las posiciones perdidas.
Según los historiadores, la operación Barbarroja llegó a su fin el 5 de diciembre de 1941 con el fracaso en la conquista de Moscú y ante la imposibilidad de lograr la rendición de los soviéticos en Leningrado.
Ese fracaso no significó el fin de la invasión nazi a la URSS. La batalla de Stalingrado, entre agosto de 1942 y febrero de 1943, es otro ejemplo.
Según RT, esta contienda bélica superó todas las batallas anteriores por su duración y encarnizados combates. Se desarrolló en un territorio enorme de 100 000 km² y en diferentes etapas. En ellas participaron más de dos millones de efectivos, 2 000 tanques, 2 000 aviones y 26 000 piezas de artillería.
Una vez más, como en las batallas anteriores, se demostraría el heroísmo del pueblo soviético. La URSS fue el país con más víctimas en la Segunda Guerra Mundial. Más de 26 millones de personas murieron, de las cuales solo alrededor de ocho millones eran mili
No hay comentarios:
Publicar un comentario