En
horas bien tempranas de este domingo arribaron a la Patria, 21
integrantes del Contingente Internacional Henry Reeve que, desde hace
dos meses, prestaban ayuda médica en Ecuador
Alegría. Esa sensación única, espontánea, que bien
armonizada con el gozo y orgullo de haber estar ahí y disponerlo todo
––inclusive la vida–– a manos de quienes más lo precisan, nunca estará
sobredimensionada. Con esa sola imagen se podría haber desdibujado los
rostros de los 21 integrantes del Contingente Internacional Henry Reeve
que en horas bien tempranas de este domingo arribaron a la Patria, luego
de 62 días en el Ecuador y brindar asistencia a las víctimas del
terremoto de abril pasado.
Y es que solo una persona con valores, entereza y altruismo es capaz de dejar a sus seres queridos y marchar a lugares en condiciones difíciles y ante cualquier eventualidad, por un país hermano, por una población que nunca olvidará ese gesto, así resaltó la viceministra cubana de Salud, Marcia Cobas Ruíz, en el acto de recibimiento que tuvo lugar en el Aeropuerto Internacional José Martí, de la capital.
“Ese es legado que nos han dado nuestros héroes, nuestro Partido y nuestro pueblo…, una labor inmensurable que ya forma parte de la historia de la colaboración médica cubana”, agregó la funcionaria, en tanto extendía las felicitaciones por la casualidad de que los galenos lleguen a casa cuando se festeja también el día de los Padres.
Por su parte, el doctor Ernesto Betancourt, jefe del contingente, destacó que la labor en tierra andina da continuidad a la predicción heroica y de trabajo de las anteriores brigadas. “En estos dos meses atendimos a más de 10 400 personas y fueron realizadas alrededor de 780 cirugías”, precisó.
Asimismo, hizo entrega a nuestras autoridades de salud pública el reconocimiento que la Asamblea Nacional de Ecuador les otorgará por el apoyo brindado y la pronta respuesta ante la catástrofe.
En conversación con Granma, Hilda Pérez, especialista en psiquiatría, confesó que es enorme la satisfacción de haber ayudado a un pueblo que sufrió una devastación terrible, con un terremoto de 7,8 en la escala Richter y que causó centenares de pérdidas humanas. “Un orgullo que se dignifica y crece porque estuvimos ahí, en el lugar donde fallecieron tres compañeros nuestros, y a pesar de ello, seguimos trabajando y esas personas humildes, sencillas, que lloraban porque no querían que nos fuéramos, siempre lo van a agradecer”.
También este domingo Jorge Fonseca, especialista en terapia intensiva y fundador de la brigada Henry Reeve, podrá sentar en el regazo de sus piernas a los cuatro nietos que lo esperan en casa y desde hace semanas cuentan horas por su regreso. “En esta fecha tan especial, no podría haber mejor regalo”, aseguró a nuestro diario.
No obstante, reconoció que si bien eran muchos los deseos de regresar y estar junto a su familia, Ecuador los necesitaba, y ahí era donde tenía que estar, las 24 horas, sin dormir, casi sin descansar, pero siempre con la dicha de saberse útil.
Y es que nuestros galenos están acostumbrados a llegar a los lugares más intrincados, donde no va nadie, donde la esperanza empieza a tomar forma en rostros de cubanos.
En el acto de bienvenida, también estuvieron presentes la doctora Regla Luz Angulo Pardo, y miembros del consejo de dirección de la unidad central de cooperación médicaen Cuba
Y es que solo una persona con valores, entereza y altruismo es capaz de dejar a sus seres queridos y marchar a lugares en condiciones difíciles y ante cualquier eventualidad, por un país hermano, por una población que nunca olvidará ese gesto, así resaltó la viceministra cubana de Salud, Marcia Cobas Ruíz, en el acto de recibimiento que tuvo lugar en el Aeropuerto Internacional José Martí, de la capital.
“Ese es legado que nos han dado nuestros héroes, nuestro Partido y nuestro pueblo…, una labor inmensurable que ya forma parte de la historia de la colaboración médica cubana”, agregó la funcionaria, en tanto extendía las felicitaciones por la casualidad de que los galenos lleguen a casa cuando se festeja también el día de los Padres.
Por su parte, el doctor Ernesto Betancourt, jefe del contingente, destacó que la labor en tierra andina da continuidad a la predicción heroica y de trabajo de las anteriores brigadas. “En estos dos meses atendimos a más de 10 400 personas y fueron realizadas alrededor de 780 cirugías”, precisó.
Asimismo, hizo entrega a nuestras autoridades de salud pública el reconocimiento que la Asamblea Nacional de Ecuador les otorgará por el apoyo brindado y la pronta respuesta ante la catástrofe.
En conversación con Granma, Hilda Pérez, especialista en psiquiatría, confesó que es enorme la satisfacción de haber ayudado a un pueblo que sufrió una devastación terrible, con un terremoto de 7,8 en la escala Richter y que causó centenares de pérdidas humanas. “Un orgullo que se dignifica y crece porque estuvimos ahí, en el lugar donde fallecieron tres compañeros nuestros, y a pesar de ello, seguimos trabajando y esas personas humildes, sencillas, que lloraban porque no querían que nos fuéramos, siempre lo van a agradecer”.
También este domingo Jorge Fonseca, especialista en terapia intensiva y fundador de la brigada Henry Reeve, podrá sentar en el regazo de sus piernas a los cuatro nietos que lo esperan en casa y desde hace semanas cuentan horas por su regreso. “En esta fecha tan especial, no podría haber mejor regalo”, aseguró a nuestro diario.
No obstante, reconoció que si bien eran muchos los deseos de regresar y estar junto a su familia, Ecuador los necesitaba, y ahí era donde tenía que estar, las 24 horas, sin dormir, casi sin descansar, pero siempre con la dicha de saberse útil.
Y es que nuestros galenos están acostumbrados a llegar a los lugares más intrincados, donde no va nadie, donde la esperanza empieza a tomar forma en rostros de cubanos.
En el acto de bienvenida, también estuvieron presentes la doctora Regla Luz Angulo Pardo, y miembros del consejo de dirección de la unidad central de cooperación médicaen Cuba
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