El
Quinta Avenida, renombrado como Four Points by Sheraton, es el último
ejemplo del nuevo capítulo de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos
que se abrió el 17 de diciembre del 2014
Una empresa estadounidense asumió la administración
de un hotel en La Habana por primera vez en más de medio siglo, a pesar
de que Washington continúa bloqueando las inversiones y el intercambio
comercial con Cuba.
Según el sitio web de la multinacional Starwood Hotels & Resorts Worldwide, este martes pasó a sus manos la gestión del hotel Quinta Avenida, ubicado en el barrio capitalino de Miramar.
El traspaso da cumplimiento a un acuerdo firmado en marzo pasado con las autoridades cubanas, apenas unas horas antes de la visita a La Habana del presidente estadounidense Barack Obama.
El contrato incluye también al emblemático hotel Inglaterra, que será incorporado a la Colección de Lujo de Starwood el próximo 31 de agosto, de acuerdo con la compañía.
El Quinta Avenida, renombrado como Four Points by Sheraton, es el último ejemplo del nuevo capítulo de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos que se abrió el 17 de diciembre del 2014.
Hace solo unos días se dieron a conocer las seis aerolíneas que ocuparán 90 rutas a nueve aeropuertos cubanos distintos al de La Habana y recientemente se anunció que es posible retirar efectivo en los cajeros de la Isla desde las tarjetas de crédito Mastercard emitidas por el banco Stonegate de la Florida.
Pero todos estos pasos de avance tienen lugar sin que el Congreso de los Estados Unidos levante el bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene en vigor desde 1961.
El acuerdo de Starwood es el primero en aprovechar en la industria turística los limitados espacios abiertos por las medidas ejecutivas de la actual administración, que han transformado la aplicación de algunos aspectos del bloqueo.
El sector turístico es uno de los que genera más interés. Cuba atrajo el pasado año una cifra récord de 3,5 millones de visitantes, en su mayoría canadienses y europeos, pues se mantiene en vigor la restricción a los viajes turísticos de los estadounidenses.
La Asociación Americana de Agentes de Viaje estima que al menos dos millones de norteamericanos viajarían a Cuba en el 2018 si la restricción a los viajes fuera levantada este año.
Además, los analistas coinciden en que este tema, que toca un derecho constitucional, es uno de los que más probabilidades tiene de avanzar en un legislativo dominado por republicanos contrarios a la administración demócrata.
De hecho, un proyecto de ley para levantar la restricción a los viajes ya cuenta con una mayoría simple en el Senado, pero espera lograr una mayoría calificada antes de llevarlo a votación para evitar cualquier clase de maniobras. Una enmienda con fines similares fue incluida en un proyecto de ley de presupuesto para los servicios financieros en la Cámara Alta y se espera próximamente su votación en la Cámara de Representantes.
Si bien la actual administración ha hecho varios llamados a los legisladores para que levanten por completo el bloqueo, el nuevo hotel administrado por Starwood prueba las facultades ejecutivas que conserva el presidente Barack Obama —o el próximo inquilino del Despacho Oval— respecto a la aplicación del bloqueo contra Cuba, incluso sin contar con el respaldo del Congreso.
Según el sitio web de la multinacional Starwood Hotels & Resorts Worldwide, este martes pasó a sus manos la gestión del hotel Quinta Avenida, ubicado en el barrio capitalino de Miramar.
El traspaso da cumplimiento a un acuerdo firmado en marzo pasado con las autoridades cubanas, apenas unas horas antes de la visita a La Habana del presidente estadounidense Barack Obama.
El contrato incluye también al emblemático hotel Inglaterra, que será incorporado a la Colección de Lujo de Starwood el próximo 31 de agosto, de acuerdo con la compañía.
El Quinta Avenida, renombrado como Four Points by Sheraton, es el último ejemplo del nuevo capítulo de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos que se abrió el 17 de diciembre del 2014.
Hace solo unos días se dieron a conocer las seis aerolíneas que ocuparán 90 rutas a nueve aeropuertos cubanos distintos al de La Habana y recientemente se anunció que es posible retirar efectivo en los cajeros de la Isla desde las tarjetas de crédito Mastercard emitidas por el banco Stonegate de la Florida.
Pero todos estos pasos de avance tienen lugar sin que el Congreso de los Estados Unidos levante el bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene en vigor desde 1961.
El acuerdo de Starwood es el primero en aprovechar en la industria turística los limitados espacios abiertos por las medidas ejecutivas de la actual administración, que han transformado la aplicación de algunos aspectos del bloqueo.
El sector turístico es uno de los que genera más interés. Cuba atrajo el pasado año una cifra récord de 3,5 millones de visitantes, en su mayoría canadienses y europeos, pues se mantiene en vigor la restricción a los viajes turísticos de los estadounidenses.
La Asociación Americana de Agentes de Viaje estima que al menos dos millones de norteamericanos viajarían a Cuba en el 2018 si la restricción a los viajes fuera levantada este año.
Además, los analistas coinciden en que este tema, que toca un derecho constitucional, es uno de los que más probabilidades tiene de avanzar en un legislativo dominado por republicanos contrarios a la administración demócrata.
De hecho, un proyecto de ley para levantar la restricción a los viajes ya cuenta con una mayoría simple en el Senado, pero espera lograr una mayoría calificada antes de llevarlo a votación para evitar cualquier clase de maniobras. Una enmienda con fines similares fue incluida en un proyecto de ley de presupuesto para los servicios financieros en la Cámara Alta y se espera próximamente su votación en la Cámara de Representantes.
Si bien la actual administración ha hecho varios llamados a los legisladores para que levanten por completo el bloqueo, el nuevo hotel administrado por Starwood prueba las facultades ejecutivas que conserva el presidente Barack Obama —o el próximo inquilino del Despacho Oval— respecto a la aplicación del bloqueo contra Cuba, incluso sin contar con el respaldo del Congreso.
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