La
trigésima actualización de Ortopedia y Traumatología contribuyó
exitosamente a fortalecer el desarrollo científico y tecnológico de los
profesionales cubanos y asistentes al evento
Un intercambio especializado de alto nivel con
ortopédicos de varias latitudes devino la trigésima actualización de
Ortopedia y Traumatología, que contó durante tres días con la
presentación de estudios actualizados de cirugía de cadera.
La cita que ya celebra sus 30 años — convocada por la Sociedad Cubana de Ortopedia y Traumatología, en su capítulo del Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (Cimeq), y que tiene como sede esta institución— “contribuyó exitosamente a fortalecer el desarrollo científico y tecnológico de los profesionales cubanos y asistentes al evento”, aseguró el académico y especialista de segundo grado en esta rama, Roberto Balmaseda Manent, presidente del comité organizador.
Con temáticas medulares para la especialidad como las caderas en los niños y en los adultos, los tratamientos de malformaciones, fracturas, prótesis, complicaciones, entre otros tópicos, este encuentro resultó ser de lujo, en tanto combinó conceptos con los más modernos tratamientos en este campo, y contó con la asistencia de 160 especialistas cubanos y 22 profesores extranjeros. Granma tuvo la oportunidad de poder intercambiar con un grupo de especialistas extranjeros sobre la jornada científica.
El traumatólogo infantil Lautaro Campos, de Santiago de Chile, viaja desde hace 25 años a La Habana a participar en estos encuentros. Para el experto “si bien cuando se habla de cirugía de cadera, la mayoría de las veces pensamos en personas que ya han pasado la curva media de la vida, es un tema que compete a todos los grupos de edades”.
Quienes trabajamos con niños, dijo, “tenemos como meta que los especialistas en adultos no tengan que operar jamás a un niño que tuvo problemas y recibió tratamiento en la infancia; y es muy difícil porque en muchos países el dinero no está en los niños, sino en las prótesis”.
Refirió que en los más pequeños existe un conjunto de padecimientos tributarios de cirugía, como lo es la enfermedad del desarrollo de la cadera, ya sea por luxaciones o displasia, que son las que llevan la mayor prevalencia. En ese sentido, el doctor Campos subrayó lo valioso de la especialización en niños como un campo particular dentro de uno más amplio; y apuntó la importancia de los programas de detección precoz de patologías como las antes mencionadas, lo cual impacta en la disminución de las cirugías y en la calidad de vida de las personas.
José Eduardo Quintero, ortopedista y traumatólogo colombiano coincide con el doctor Campos en que “la mejor prevención que puede hacerse para evitar a futuro la cirugía de cadera, es el control del desarrollo y crecimiento del niño desde que nace. Si es examinado y se descarta que no tenga ningún problema su cadera, pues todo estará bien. Si se detecta después del primer año de vida una luxación o displasia ya el pronóstico no será el mismo, por lo que insistimos en que el periodo de oro son los tres primeros meses de nacimiento”, explicó.
Por otra parte señaló que un país como Colombia enfrenta dos realidades: una población anciana que sufre traumas y fracturas de baja energía, y el fenómeno de un exorbitante crecimiento del uso de motos en los más jóvenes. “Hay más motos que automóviles, y ha crecido el número de accidentes con traumas considerables con los consecuentes gastos médicos en cirugía, y el tiempo de incapacidad que provoca en los pacientes”.
El doctor Everth Mérida, quien es miembro fundador y fuera presidente de la Sociedad mexicana de cirugía de cadera, comentó que una de las intervenciones quirúrgicas más frecuentes ante el aumento de la población adulta mayor es la fractura de cadera. “Una vez hecho el daño hay que buscar el medio de repararlo. Siempre insisto en que este proceso de reparación es diferente en cada caso, y en los adultos mayores el mejor es prevenir. Hay que cuidarse de no dejar objetos, juguetes sueltos en el suelo, tapetes o cables levantados. El anciano se fractura la cadera muchas veces por descuido y generalmente es en la casa. En los jóvenes la prevención es más bien no sobrepasarse en límites para las actividades de la vida diaria y en velocidades, ya sea en auto, moto o bicicleta”.
Agregó el especialista que la cadera también se desgasta por su uso. “Es como el kilometraje de un vehículo, que tiene un tiempo determinado como normal para deteriorarse, pero si ponemos sobrepeso, no nos cuidamos, realizamos deportes muy bruscos u actividades de alto impacto como correr y saltar sin entrenamiento, pues lógicamente el desgaste ocurre más rápido”.
Doctores como Carlos Amanquez, especialista en ortopedia y traumatología del hospital público Fernández, de Buenos Aires, Argentina, trajeron a la cita estudios como la aplicación de células madres en el tratamiento de la seudoartrosis, “una metodología que a diferencia de otro tipo de intervención en esta patología es una mínima invasión. Son células madres multipotenciales que actúan en el foco de la lesión pues al reconocer la zona enferma se identifican y aportan a la consolidación del hueso, y lo interesante es que ya los resultados observados son importantes”.
El entrevistado elogió el hecho de que la comunidad médica cubana siempre ha estado pendiente de resolver los problemas de salud de la población, e incluso de otros países con la salida al exterior de muchos profesionales. “La medicina aplicada no es solamente la formación interna sino difundir los conocimientos sobre diferentes temas y poderlos aplicar fuera”.
Respecto al debate entre la tecnología y el método clínico, el experto remarcó que si algo permanece en la medicina es un diagnóstico diferencial clínico.
“Todavía en el mundo tocar al paciente significa determinar diferentes enfermedades, y ello es importante. Los estudios solo son apoyo de algo que con mirar, preguntar y tocar puede determinarse en la mayoría de las veces”.
Sobre el estado del arte de la cirugía de la cadera en la región, los especialistas explicaron que el nivel científico está a la par que el mundo desarrollado.
El reto que enfrenta Latinoamérica, dijeron, es de recursos, a lo cual se impone la habilidad quirúrgica y el ingenio de la medicina en esta latitud.
La cita que ya celebra sus 30 años — convocada por la Sociedad Cubana de Ortopedia y Traumatología, en su capítulo del Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (Cimeq), y que tiene como sede esta institución— “contribuyó exitosamente a fortalecer el desarrollo científico y tecnológico de los profesionales cubanos y asistentes al evento”, aseguró el académico y especialista de segundo grado en esta rama, Roberto Balmaseda Manent, presidente del comité organizador.
Con temáticas medulares para la especialidad como las caderas en los niños y en los adultos, los tratamientos de malformaciones, fracturas, prótesis, complicaciones, entre otros tópicos, este encuentro resultó ser de lujo, en tanto combinó conceptos con los más modernos tratamientos en este campo, y contó con la asistencia de 160 especialistas cubanos y 22 profesores extranjeros. Granma tuvo la oportunidad de poder intercambiar con un grupo de especialistas extranjeros sobre la jornada científica.
El traumatólogo infantil Lautaro Campos, de Santiago de Chile, viaja desde hace 25 años a La Habana a participar en estos encuentros. Para el experto “si bien cuando se habla de cirugía de cadera, la mayoría de las veces pensamos en personas que ya han pasado la curva media de la vida, es un tema que compete a todos los grupos de edades”.
Quienes trabajamos con niños, dijo, “tenemos como meta que los especialistas en adultos no tengan que operar jamás a un niño que tuvo problemas y recibió tratamiento en la infancia; y es muy difícil porque en muchos países el dinero no está en los niños, sino en las prótesis”.
Refirió que en los más pequeños existe un conjunto de padecimientos tributarios de cirugía, como lo es la enfermedad del desarrollo de la cadera, ya sea por luxaciones o displasia, que son las que llevan la mayor prevalencia. En ese sentido, el doctor Campos subrayó lo valioso de la especialización en niños como un campo particular dentro de uno más amplio; y apuntó la importancia de los programas de detección precoz de patologías como las antes mencionadas, lo cual impacta en la disminución de las cirugías y en la calidad de vida de las personas.
José Eduardo Quintero, ortopedista y traumatólogo colombiano coincide con el doctor Campos en que “la mejor prevención que puede hacerse para evitar a futuro la cirugía de cadera, es el control del desarrollo y crecimiento del niño desde que nace. Si es examinado y se descarta que no tenga ningún problema su cadera, pues todo estará bien. Si se detecta después del primer año de vida una luxación o displasia ya el pronóstico no será el mismo, por lo que insistimos en que el periodo de oro son los tres primeros meses de nacimiento”, explicó.
Por otra parte señaló que un país como Colombia enfrenta dos realidades: una población anciana que sufre traumas y fracturas de baja energía, y el fenómeno de un exorbitante crecimiento del uso de motos en los más jóvenes. “Hay más motos que automóviles, y ha crecido el número de accidentes con traumas considerables con los consecuentes gastos médicos en cirugía, y el tiempo de incapacidad que provoca en los pacientes”.
El doctor Everth Mérida, quien es miembro fundador y fuera presidente de la Sociedad mexicana de cirugía de cadera, comentó que una de las intervenciones quirúrgicas más frecuentes ante el aumento de la población adulta mayor es la fractura de cadera. “Una vez hecho el daño hay que buscar el medio de repararlo. Siempre insisto en que este proceso de reparación es diferente en cada caso, y en los adultos mayores el mejor es prevenir. Hay que cuidarse de no dejar objetos, juguetes sueltos en el suelo, tapetes o cables levantados. El anciano se fractura la cadera muchas veces por descuido y generalmente es en la casa. En los jóvenes la prevención es más bien no sobrepasarse en límites para las actividades de la vida diaria y en velocidades, ya sea en auto, moto o bicicleta”.
Agregó el especialista que la cadera también se desgasta por su uso. “Es como el kilometraje de un vehículo, que tiene un tiempo determinado como normal para deteriorarse, pero si ponemos sobrepeso, no nos cuidamos, realizamos deportes muy bruscos u actividades de alto impacto como correr y saltar sin entrenamiento, pues lógicamente el desgaste ocurre más rápido”.
Doctores como Carlos Amanquez, especialista en ortopedia y traumatología del hospital público Fernández, de Buenos Aires, Argentina, trajeron a la cita estudios como la aplicación de células madres en el tratamiento de la seudoartrosis, “una metodología que a diferencia de otro tipo de intervención en esta patología es una mínima invasión. Son células madres multipotenciales que actúan en el foco de la lesión pues al reconocer la zona enferma se identifican y aportan a la consolidación del hueso, y lo interesante es que ya los resultados observados son importantes”.
El entrevistado elogió el hecho de que la comunidad médica cubana siempre ha estado pendiente de resolver los problemas de salud de la población, e incluso de otros países con la salida al exterior de muchos profesionales. “La medicina aplicada no es solamente la formación interna sino difundir los conocimientos sobre diferentes temas y poderlos aplicar fuera”.
Respecto al debate entre la tecnología y el método clínico, el experto remarcó que si algo permanece en la medicina es un diagnóstico diferencial clínico.
“Todavía en el mundo tocar al paciente significa determinar diferentes enfermedades, y ello es importante. Los estudios solo son apoyo de algo que con mirar, preguntar y tocar puede determinarse en la mayoría de las veces”.
Sobre el estado del arte de la cirugía de la cadera en la región, los especialistas explicaron que el nivel científico está a la par que el mundo desarrollado.
El reto que enfrenta Latinoamérica, dijeron, es de recursos, a lo cual se impone la habilidad quirúrgica y el ingenio de la medicina en esta latitud.
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